El presidente Otto Pérez Molina, como lo afirmó el viernes, "dio la cara" ante los señalamientos de corrupción; sí, pero en un mensaje pregrabado y transmitido en cadena Nacional, donde dijo que no renunciará al cargo y negó su vinculación con La Línea. Además pidió “perdón“ a los guatemaltecos. Agregó que no pueden depender de “sistemas intervencionistas“ que lo acusaron sin fundamentos.
Según él, solamente se ha destapado “una Línea“, pero falta la “Línea 2“. Aseguró que será respetouso del proceso legal y que asumirá los tribunales de justicia.
Pérez Molina fue señalado el viernes pasado por la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala y el Ministerio Público (MP), de coordinar la estructura de defraudación aduanera conocida como La Línea, por la que guarda prisión preventiva su exvicepresidenta Roxana Baldetti.
La debacle del Gobierno de Pérez Molina alcanzó su nivel más alto el viernes, cuando fue arrestada Baldetti. Las redes sociales y los guatemaltecos salieron a las calles a festejar que el sistema de justicia muestra luces de esperanza para un país debilitado por la corrupción.
El caso conocido como La línea es una mafia que expoliaba los recursos del Estado desde las aduanas y que, en palabras de la fiscal general, Thelma Aldana, “erosionaba aproximadamente el 50% de los impuestos que debían pagar los importadores”.
Ese mismo día, el Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras (CACIF) solicitó la dimisión de Pérez Molina, al igual que un día después cientos de guatemaltecos que salieron de nuevo a las calles para exigir la cabeza de Pérez Molina.
El presidente tuvo uno de sus peores fines de semana, sin duda alguna a pocos meses de dejar oficialmente el cargo le llueve sobre mojado a un mandatario con poca credibilidad. Además de las protestas y la petición del CACIF para su renuncia, la Iglesia Católica también solicitó que se apartara del cargo, la Universidad de San Carlos anunció masivas movilizaciones y la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH) se sumaron al petitorio.
A Pérez Molina además le renunciaron 10 funcionarios, entre ellos: el ministro de Economía, Sergio de la Torre; de Educación, Cynthia del Águila; el de Agricultura, Sebastián Marcucci; y de Salud, Luis Monterroso. Por aparte cuatro viceministros y dos comisionados para temas específicos.