La Organización Internacional del Trabajo (OIT), organismo de las Naciones Unidas, lanzó un llamado en el cual propone semanas laborales de cuatro días y no de cinco, como se trabaja regularmente en todo el mundo.
El argumento de los expertos se basa en que esto permitiría mejorar la salud pública, puesto que la mayoría de las enfermedades son ocasionadas por las largas jornadas de trabajo que van una tras otra; además el constituir "semanas más cortas" ayudaría a generar más puestos de trabajo.
Por último, varios estudios han demostrado que menos horas de trabajo ayudan a que los empleados sean más productivos.