Los ex jefes de la Administración Tributaria, Omar Franco y Carlos Muñoz, quienes guardan prisión acusados de pertenecer a una red de defraudación aduanera, fueron los consentidos del presidente Otto Pérez Molina, pues siempre se buscó que lideraran la recaudación de impuestos desde el inicio del actual Gobierno.
Esta historia comienza en 2012, cuando Pérez Molina exigió la renuncia al jefe de la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT) de ese entonces, Rudy Villeda. Fue Pavel Centeno, ministro de Finanzas, quien pidió al Directorio del ente recaudador que nombrara a la siguiente terna de candidatos: Carlos Muñoz, Omar Franco y Alfonzo Castillo.
Esta terna no prosperó, según fuentes internas de la SAT, debido a que Muñoz (intendente de recaudación en 2006) fue señalado de fraude durante el proceso en contra de Marco Tulio Abadío, sentenciado a 30 años de prisión y a pagar 24 millones de quetzales por el delito de lavado de dinero y fraude.
El Directorio de la SAT acordó entonces una nueva terna donde se encontraban Miguel Gutiérrez, Oscar Funes y Edgar Pape. Gutiérrez fue nombrado por el presidente Otto Pérez como el nuevo titular en marzo de 2012. La elección tuvo el aval del sector privado y la comunidad internacional, más no así el de Centeno.
Despidos y recontrataciones
A partir de ese mes, Gutiérrez despidió a más de 140 personas de la Administración Tributaria, a quienes acusó de ser “colaboradores del contrabando”.
Entre los destituidos por Gutiérrez se encontraban precisamente Omar Franco y Alfonzo Castillo, quienes de inmediato fueron recontratados por el Gobierno en el Ministerio de Finanzas, como asesores del despacho de Pavel Centeno.
Según se detalla en el portal de Guatecompras, Omar Franco firmó un contrato por servicios profesionales por seis meses, por un total de 220 mil quetzales (36 mil 600 mensuales).
Alfonzo Castillo, quien indicó que no fue despedido sino que renunció por diferencias con Gutiérrez, obtuvo tres contratos en el Ministerio de Finanzas: el primero por 44 mil 333 quetzales, con fecha de 2 de julio de 2012, el segundo por 177 mil 333, por asesoría de septiembre a diciembre y 360 mil en enero de 2013. En total recibió más de 581 mil quetzales.
La salida de Gutiérrez
En marzo de 2013, Miguel Gutiérrez fue destituido por el gobierno tras un sonado conflicto con Centeno que tuvo eco en los medios. La justificación para la salida de Gutiérrez fue un altisonante desacuerdo en cuanto a las proyecciones financieras del Gobierno, especialmente el crecimiento económico y las metas de recaudación fiscal. De nueva cuenta fue presentada una terna por el presidente del Directorio de la SAT (en ese entonces, Centeno), en la que se colocó otra vez a Carlos Muñoz, Omar Franco y Carlos Mencos, el actual Contralor de Cuentas.
En ese momento fue elegido Carlos Muñoz, quien asumió en marzo de 2013. Pavel Centeno dejó el Ministerio de Finanzas en octubre de ese año aduciendo problemas de salud, pero no salió del Gobierno, ya que continuó como asesor de los Ministerios de Comunicaciones y Finanzas, y a la fecha ha recibido 353 mil 300 quetzales por sus servicios.
Al concluir el 2013 se cuestionó mucho que Muñoz no fuese removido del puesto, cuando la recaudación cayó más de 3 mil 800 millones de quetzales. En 2014 promovió la tercerización de la SAT, contratos en oficinas de lujo y un torneo de boliche para los empleados en plena crisis. Finalmente, fue destituido en enero de este año.
Tras la salida de Muñoz, en el Directorio de la SAT se presentó una nueva terna donde se encontraban: Henry Almengor, Alfonzo Castillo (de nuevo) y Omar Franco (por tercera vez consecutiva), siendo el último el elegido en enero pasado.
Tres meses después, Omar Franco y Carlos Muñoz fueron arrestados por formar parte de una red que defraudó al Estado por más de 1 mil millones de quetzales anuales, tras una investigación realizada por la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) y el Ministerio Público (MP).
Sospechan de Centeno y su equipo
La bancada de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) sospecha de Centeno puesto que “los preferidos”, a quienes ayudó a promover desde que comenzó el Gobierno de Otto Pérez, se encuentran en prisión acusados de encabezar las operaciones de la red conocida como "La Línea".
Los diputados señalan que Centeno debería ser investigado por las autoridades tomando en cuenta que nunca dejó de trabajar para el Gobierno y que la influencia en las decisiones de la SAT era notoria. “Centeno es un autor intelectual”, dijo el legislador Carlos Barreda.
Orlando Blanco, jefe de bancada de la UNE, detalló que denunciarán a Pavel Centeno, María Castro, ex ministra, y al actual titular de Finanzas, Dorval Carías, por el secuestro de la Administración Tributaria.
