El presidente Otto Pérez Molina se dirigió a la población por medio de una entrevista en una radio local y le recordó a millones de guatemaltecos que no renunciará al cargo, pese a la fuerte presión ejercida por miles de empresas que dejaron de atender, personas de todas las edades y sectores sociales, universitarios que se unieron en un solo grito y miles en los departamentos que pedían su dimisión.
Este mensaje fue calificado por dos abogados constitucionalistas y una activista en Derechos Humanos como una provocación a la paciencia de la población, que ha manifestado durante cuatro meses consecutivos de forma pacífica y que piden su dimisión en medio de una crisis política por señalamientos de corrupción.
La abogada Gladys Anabella Morfín, del Centro para la Defensa de la Constitución (Cedecon), calificó como una burla el mensaje que emitió Pérez Molina puesto que está “jugando con la paciencia de la población, que no lo reconoce como mandatario“.
Oswaldo Samayoa, del Centro de Estudios de Guatemala, afirmó que el mandatario puede provocar más acciones que “verdaderamente atenten contra el estado de Derecho“ y, efectivamente, se generen acciones violentas.
También la diputada de Encuentro por Guatemala, Nineth Montenego, denunció que la Comisión Pesquisidora que dará seguimiento al antejuicio contra Pérez Molina, no está cumpliendo su labor. Agregó en la cadena de noticias de CNN que el mandatario debe renunciar para someterse a las investigaciones.
En tanto, Helen Mack, activista por los Derechos Humanos, dijo que el mandatario debe enfrentarse a la justicia: “si no tiene miedo debe enfrentarse a los procesos que correspondan“.