"Una o dos veces por semana siento que mis piernas “saltan”, hasta el punto que no puedo conciliar el sueño. ¿Es normal o podría ser el síndrome de las piernas inquietas?
Si la sensación que tiene en las piernas le está dificultando conciliar el sueño y eso ocurre con regularidad, es posible que padezca el síndrome de las piernas inquietas, al que también puede haber escuchado llamar enfermedad de Willis Ekbom por los apellidos de los primeros médicos que describieron la afección.
La característica del síndrome de las piernas inquietas es un impulso desagradable o incómodo de mover las piernas. Algunas personas lo describen como una sensación de hormigueo, de tirón o de ardor en los muslos, pantorrillas y pies. La sensación alivia temporalmente cuando uno se pone de pie y camina un poco, al cambiar de posición o al estirar las piernas.
Los síntomas normalmente empiezan al atardecer o por la noche, después de haber permanecido sentado o recostado durante algún tiempo.
Muchas personas, a medida que se quedan dormidas, experimentan en las piernas unas contracciones leves conocidas como miocolonos hípnicos que son parte normal del proceso de conciliar el sueño, pero no están relacionadas con el síndrome de las piernas inquietas que es mucho más incómodo y suele dificultar tanto conciliar el sueño como permanecer dormido.
Los médicos generalmente pueden diagnosticar el síndrome de las piernas inquietas en base a los síntomas, que ya aparecen a la edad de cinco o seis años. En alrededor de 30 por ciento de niños con síndrome de las piernas inquietas puede coexistir un trastorno por déficit de atención e hiperactividad. No es necesario realizar estudios del sueño, a menos que se trate de un niño incapaz de describir bien los síntomas.
Existen varias medidas que pueden tomarse en casa para ayudar a calmar el síndrome de las piernas inquietas: tomar un baño caliente, masajear las piernas y aplicar compresas calientes y frías. Los estiramientos, seguidos por ejercicio de nivel moderado y realizado con regularidad, así como establecer bueno hábitos para dormir también pueden marcar una diferencia.
La cafeína, el alcohol y el tabaco pueden desencadenar los síntomas del síndrome de las piernas inquietas o empeorarlos; por tanto, procure reducir el consumo de esas sustancias para ver si disminuyen los síntomas.
Cuando los cambios en el estilo de vida no bastan, el médico puede recetar medicamentos para disminuir el síndrome de las piernas inquietas.
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- CON INFORMACIÓN DE Mayo Clinic