Después de horas de negociaciones en la cumbre Climática de Varsovia (COP19), ha quedado al descubierto la falta de consenso sobre cómo financiar la lucha contra el cambio climático y definir una hoja de ruta hacia un compromiso definitivo en la cumbre de París de 2015.
El objetivo primordial de esta conferencia es consensuar esa hoja de ruta hacia un acuerdo global vinculante de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, aplicable a todos los países. El enfoque es diferentes al de Kioto, que sólo incluía a los países desarrollados.
Hasta el momento, no ha sido posible cerrar el calendario de trabajo para la cita de París. Mientras la Unión Europea quiere mantener unos plazos y compromisos claros, desde los países en vías de desarrollo se intenta evitar obligaciones vinculantes y se insiste en que la prioridad es incrementar la financiación de la lucha contra el cambio climático.
Llegar a la conferencia de París sin calendarios ni objetivos previos supondría dejar sin contenido a la llamada Plataforma de Durban, que marca el camino hacia el acuerdo global vinculante para que todos se sumen a la reducción de emisiones.
Tanto China como el G77 (grupo que incluye a 130 países en vías de desarrollo) mantienen la postura de exigir un documento que garantice a los países menos desarrollados financiación y el acceso a la tecnología que se necesita para combatir el cambio climático.
Los países más desarrollados, incluyendo a Estados Unidos, no quieren incrementar los compromisos de financiación por encima de los 100.000 millones de dólares ya anunciados.
Según el ministro español de Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, otro de los temas preocupantes es cómo se llevará a cabo la votación: mientras que para la UE la Plataforma de Durban, la financiación a largo plazo y el mecanismo de "Pérdidas y Daños" deben ser votados de manera unitaria, la mayoría de países en vías de desarrollo quiere discutir cada tema por separado.
