Con un llamado para dignificar el legado artístico y pictórico del artista guatemalteco Carlos Mérida, se concluyó el homenaje que se realizó anoche en el Palacio de Bellas Artes de México por parte de amigos y colegas que lo recordaron a 30 años de su deceso.
Cristina Navas Mérida, nieta del artista, manifestó que su abuelo como el guatemalteco que más ha querido a México, ya que fue en este país donde encontró la paz necesaria para crear sus obras maestras.
“La gente que tiene la obra no la vende, lo que tenemos es un poco de gráfica que quedó de una galería que teníamos entre mi madre y yo y es lo poco que queda a la venta de Carlos Mérida”, agregó Cristina.
Por su parte, Carlos Palacios, curador del Museo de Arte Carrillo Gil; la arquitecta Louise Noelle Gras y Leticia Torres Hernández, investigadora y responsable del Fondo Carlos Mérida que resguarda el Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de Artes Plásticas (Cenidiap) del INBA, destacaron la vida y legado del creador guatemalteco.
Señalaron que México fue su país por adopción, “pues fue aquí donde desarrolló una intensa labor dentro de la plástica y la promoción cultural, ligado fuertemente a las instituciones del país, donde dirigió la Galería del Teatro Nacional y fundó la Escuela de Danza de la Secretaría de Educación Pública (SEP)”.
Integrado al movimiento nacionalista mexicano, desde su llegada a este país, en 1919, después de haberse casado en Guatemala con Dalila Gálvez, los expertos comentaron que Mérida plasmó su muy particular estilo desde el abstraccionismo y el geometrismo.
Pugna nieta de Carlos Mérida por revalorar y difundir su obra http://t.co/V5lD4NH5N6 pic.twitter.com/TDVIHEXXot
Asimismo, refirieron que recintos museísticos del INBA poseen entre sus colecciones ejemplares su obra, es el caso de los museos de arte Moderno y Carrillo Gil.
Expresaron que de su natal Guatemala viajó a Europa en 1910 y en París entabló amistad con otros artistas latinoamericanos, como Diego Rivera, Jorge Enciso, el Dr. Atl y Ángel Zárraga, además de estudiar con el italiano Amedeo Modigliani.
Durante cerca de 40 años realizó una extensa obra mural en México, insistiendo en la integración de la pintura y la arquitectura.
“Compartió con los grandes muralistas mexicanos sus principales preocupaciones, como la de realizar una obra eminentemente nacional y que expresara los valores autóctonos, tanto en su aspecto como en su espíritu, así como la búsqueda de una adecuada realización técnica y la correcta colocación y proporción del mural con respecto al espacio arquitectónico”, señaló Louise Noelle.
*Con información de www.unomasuno.com.mx y Relaciones Públicas del Palacio de Bellas Artes de México.
