El artista plástico y ensayista guatemalteco Roberto Cabrera, uno de los más brillantes exponentes de la generación de los años 1970 y cuya obra ha trascendido generaciones, murió el 22 de julio de 2014 debido a problemas de salud.
Pensadores, escritores, pintores, artistas visuales, representantes del arte guatemalteco y amigos lamentan su partida y dan el último adiós con muestras de cariño a través de redes sociales, expresando que, además de su legado artístico, Cabrera fue un gran amigo y siempre compartió su conocimiento con todo amante de esta forma de expresión.
El collage y la pintura matérica, (técnica de pintura mezclada con arena, aserrín, vidrio o yeso, adornada con cortes, perforaciones o desgarres sobre el lienzo) fueron su sello distintivo. En él reflejaba la cultura popular, personajes de la cosmovisión maya y la violencia sufrida por el país desde el conflicto armado interno.
Su legado es de vital importancia para la historia del arte nacional. Además fue crítico, escritor e investigador nato.
También es conocido por sus importantes investigaciones acerca del culto y ritual a "Maximón" y a los envoltorios sagrados de origen hispánico de San Martín.
Perteneció a la Escuela Nacional de Artes Plásticas, donde realizó sus estudios a mediados de los años 50. Años más tarde sería docente y director de esta institución.
Cabrera fundó, junto a sus contemporáneos Marco Augusto Quiroa y Elmar Rojas el grupo artístico "Vértebra" en 1969, cuna de trascendentales exposiciones en el país y difusor del movimiento de la época, además creó el "Estudio-taller Cabrera" donde impulsó el trabajo de artistas emergentes.
Su paso a la internacionalización comenzó con su participación en la Segunda Bienal de París en 1961, la Primera Bienal Americana de Grabado en Chile y la Segunda Bienal de Sao Paulo en 1963, en la que obtuvo una mención honorífica por su obra. Participó en la Feria Mundial de Arte de Nueva York y expuso en festivales de pintura en Francia, Alemania y España.
Vivió en Costa Rica en la década de los 80, en el país centroamericano escribió algunos libros de investigación y realizó diversas exhibiciones, además de ejercer la docencia en la Universidad y formar la Asociación Costarricense para el estudio de la vertiente del pacífico ACEIVPA y la Asociación Nacional para el Desarrollo y la Promoción de las Culturas Populares ANACUPO.
También fue curador en la muestra "Guaterica" realizada en 2004, donde participaron exponentes de ambos países.
Apoyó distintas ramas artísticas como director del Centro Cultural Miguel Ángel Asturias en su regreso a Guatemala, fue parte de la junta directiva de la Sociedad de Artes Visuales Guatemaltecas ARTVIG y Comunicarte.
Entre sus obras escritas destacan:
Rodolfo Abularach: un creador testimonial (1974)
Consideraciones sobre la producción artística de los últimos 20 años (1979)
Política de la investigación (1980)
El ser y la conciencia
Pensamiento y lenguaje
Santa Cruz Guanacaste, una aproximación a la historia y la cultura populares (1989)
José Miguel Rojas: un imaginero actual (1991)
Sus series representativas son: Génesis, El Muro, Personajes de tierra caliente, Maximón y Popol Vuh.