Hoy hace tres años fue el último día que se vió con vida a Cristina Siekavizza, la mujer cuya muerte conmocionó a la sociedad guatemalteca, generando consciencia sobre los alcances de la violencia intrafamiliar y del tráfico de influencias en el sistema de justicia.
Pese a la presión mediática para que el caso se esclarezca y no quede en la impunidad, el misterio todavía rodea el proceso. El principal sospechoso de haber dado muerte a Siekavizza, su esposo Roberto Barreda, guarda prisión a la espera de que los tribunales determinen si irá a juicio o no, y en qué juzgado: de femicidio o mayor riesgo.
Las pesquisas del Ministerio Público (MP) actualmente se concentran en determinar si Barreda, sindicado de haber dado muerte a Cristina la noche del seis de julio de 2011, planeó el crimen.
Preliminarmente los investigadores presumen que sí.
Los últimos datos consignados en el expediente, describen que Barreda tuvo un comportamiento inusual durante todo ese día.
Barreda, que trabajaba en una empresa subcontratada por una telefónica para verificar la calidad del servicio en diversas rutas, hizo un recorrido extraño: al menos 32 paradas fueron registradas por el GPS de su auto en el perímetro de la ciudad.
El MP ya localizado esos lugares y descubrió que hizo paradas frente a basureros. ¿Por qué se detuvo ahí, qué buscaba?, se preguntan los investigadores.
Las pesquisas se concentran por ahora en determinar qué pasó los cinco días previos a la desaparición de Siekavizza.
Violencia intrafamiliar
Los psicólogos forenses determinaron que Siekavizza sufría de violencia intrafamiliar y su caso demostró el ciclo de violencia-reconciliación. En la siguiente foto se observa a Barreda durante el último viaje que realizó la familia. Las vacaciones fueron en Belice y se presume que ocurrió como parte de lo que habría sido una de las "reconciliaciones".
Pelean custodia de niños
Los niños de la pareja, María Mercedes y Roberto José, viven con los padres de Cristina, después de pasar dos años escondidos en la ciudad de Mérida, a donde los llevó su padre cuando escapó del país para evadir la justicia. Un juzgado le otorgó la custodia definitiva a los abuelos Siekavizza, pero los padres de Roberto Barreda se oponen y en los tribunales se disputan la custodia.
Barreda, pidió que se autorizara la visita en el penal de los menores, pero se le negó.
Roberto José rindió declaración en anticipo de prueba. Su testimonio sería usado durante un juicio donde la fiscalía cree que su declaración es vital para una condena.
Los menores tratan de recobrar su vida infantil, van al colegio y participan en algunas actividades familiares.
Un proceso oneroso
El MP ha invertido más de dos millones de quetzales en la investigación que inició hace tres años por la desaparición de Cristina Siekavizza, un caso inédito en el país, pues se procesa a una persona por femicidio sin el cuerpo de la víctima.
El presupuesto fue estimado por Soy502 basado en salarios y gastos como combustibles, cuotas de celulares y otros que utilizan los investigadores.
La administración de la ex fiscal Claudia Paz, designó un equipo especial debido al impacto mediático que generó el tema y la nueva administración a cargo de Thelma Aldana, intento agilizar el caso con una estrategia que bloqueó la defensa de Roberto Barreda esposo de Cristina.
Proceso entrampado
El proceso judicial sigue entrampado por una serie de recursos presentados tanto por los querellantes como por los defensores de los procesados.
La Corte de Constitucionalidad (CC) debe resolver dos recursos y la Cámara Penal de la Corte Suprema de Justicia (CS) está pendiente de resolver la solicitud de la fiscal general Thelma Aldana, que pretende que el expediente sea tramitado por un juzgado de femicidio y no continúe en el de Mayor Riesgo.