La elección de Carlos Mencos, quien repite como jefe de la Contraloría General de Cuentas (CGC), no fue una sorpresa. Al salir del Hemiciclo donde se le juramentó, el nuevo contralor fue abordado por los periodistas, quienes lo bombardearon con preguntas, a las que él respondió con tatamudeos y contradicciones.
Primero dijo que sí estaba sorprendido, que "no esperaba ser electo”, pero no pudo explicar porqué se encontraba en el Congreso de la República cuando los diputados votaban por él y, muchos menos, quién le avisó que llegara.
Mientras la alianza entre las bancadas del Partido Patriota (PP), Libertad Democrática Renovada (Lider) y TODOS permitía elegir al nuevo jefe de la CGC, sin oposición, Mencos se ajustaba la corbata para ser juramentado en la oficina del presidente del Congreso, Luis Rabbé.
Aquí la crónica del momento incómodo que vivió Mencos cuando no pudo explicar qué acuerdos políticos podrían haber detrás de su nombramiento.
Van a ser las cuatro de la tarde. Una periodista dice que cree haber visto a Mencos en corrillos. Los demás cronistas no le creen. Entre tanto, en el hemiciclo 112 diputados votan, obedientes, a favor de Mencos. Se aprueba el Acuerdo 2-2015 que pone en sus manos la CGC.
El rumor se confirma: Mencos entra a la oficina del Presidente del Congreso. Sale. Ingresa al hemiciclo. Levanta su mano. Jura inflando el pecho y pronunciando cada sílaba con sonoridad. Saluda a diputados que aplauden su elección. Abandona el hemiciclo. La prensa lo aborda.
Pregunta: ¿Hace cuánto tiempo le avisaron que sería electo? Respuesta: hace 45 minutos. ¿Quién le llamó? Recibí una llamada de la planta del Congreso, no sé quién fue. ¿Qué le dijeron? Que me acercara al Congreso y vine. ¿Y usted viene cuando cualquiera lo llama? No, pero ya estando por aquí me enteré. ¿Puede mostrar la llamada que recibió en su celular? Sí, claro. (Saca su teléfono y lo guarda). ¿Contralor, la llamada? Sí, con gusto. (Saca el teléfono, lo mira y lo vuelve a guardar).
Las preguntas no cesan. ¿Contralor quién lo llamó?, Sí, con gusto. Mencos busca con la mirada a sus asistentes que murmuran “hay que sacarlo de ahí”. El funcionario manipula el teléfono, se acomoda los anteojos, busca con el dedo en la pantalla. A punto de mostarlo, parece recordar algo (tal vez la persona que lo llamó) y guarda el aparato. ¿Contralor, las llamadas?
Finalmente Mencos muestra la pantalla del teléfono mientras sube y baja con el dedo, cuando entra una llamada salvadora y oscurece la pantalla. Mencos agradece y se escabulle entre las cámaras para salir del Congreso.