La carrera como un respetado técnico en el sector salud de Luis Enrique Monterroso inició como miembro del Observatorio del Derecho a la Alimentación de la Procuraduría de Derechos Humanos (PDH). Por su labor durante la crisis alimentaria en el Corredor Seco en el Gobierno anterior, el presidente Otto Pérez Molina lo invitó a integrarse como parte de su equipo, a cargo de la Secretaría de Seguridad Alimentaria y Nutricional (SESAN). Sin embargo, su carrera se tornó política y logró saltar de los puestos técnicos a los políticos, a ritmo del Caballito de Palo.
Y es que, precisamente, en el pasado y polémico mitin en el que el Partido Patriota (PP) proclamó a Alejandro Sinibaldi como "precandidato", se le vio vestido con el color naranja, bailando, con quiebres de cadera, esta pegajosa canción con la que el Partido Patriota se lanzó a la campaña. En compensación a su activa participación partidista, días después fue elevado a Ministro de Salud Pública y Asistencia Social.
El inicio de una carrera técnica
Hasta la semana pasada, Monterroso presumía una hoja de vida con cargos administrativos y operativos sin ninguna vinculación política aparente, los cuales le generaron cierto grado de prestigio entre el sector que vela por la seguridad alimentaria y nutricional.
Como Coordinador del Observatorio del Derecho a la Alimentación, Monterroso logró ganarse cierto prestigio, por sus críticas al Gobierno, por los resultados en la lucha contra la desnutrición en la provincia, luego de haber tenido diferencias fuertes con el entonces vicepresidente Rafael Espada por los informes gubernamentales sobre desnutrición.
"En una reunión, la situación se puso muy tensa; el vicepresidente Espada pensó que Luis Enrique le había levantado el tono de voz por uno de los informes. Luis Enrique colocó el documento sobre el escritorio de forma un poco brusca y Espada creyó que lo había somatado, y en medio de las críticas al informe, el encuentro se puso muy tenso", recuerda un extrabajador de la PDH, que trabajó con Monterroso.
Ahora, como funcionario del gabinete de Gobierno, Monterroso considera que la vinculación política al partido de gobierno y al Ejecutivo, le puede ayudar a lograr mejores resultados.
"Lo más importante es estar en la ejecución de las acciones. Al incidir con conocimiento se puede fomentar una mejora en la situación (nutricional y alimentaria) de una forma más rapida, eso fue lo que me invitó a estar en el Organismo Ejecutivo", dijo Monterroso al explicar cómo tomó la decisión de convertirse en burócrata.
Desde el domingo, cuando hizo su debut político en la proclamación que confirmó a Alejandro Sinibaldi como precandidato presidencial del partido oficial, también se evidenció que los motivos de Monterroso no son del todo independientes, imparciales y de servicio.
Su participación en el partido, según dice, "es un reconocimiento de todo ese tiempo y esfuerzo que tomó llegar a donde estamos hoy. Son 12 años que dedicó la licenciada Roxana Baldetti a esto y lo menos que se puede hacer es el reconocimiento de todo ese tiempo de trabajo y asumir que es necesaria una conexión entre lo político y lo técnico para que haya un éxito más acelerado de las acciones", justifica el nuevo Ministro de Salud, quien añade que aún no está afiliado al PP, pero que está en ese proceso.
Monterroso es fundador y fue coordinador general del Observatorio del Derecho a la Alimentación, laboró en la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO), ha sido reconocido internacionalmente por su labor en la materia.
Como coordinador de equipos, el trato de Monterroso con sus subalternos y el manejo del personal se ha caracterizado por sus discursos con un tono motivacional, en las que los exhortaba a hacer cosas tan simbólicas como un "ayuno en hermandad con los que padecen hambre", o entregarles una llave para "abrir la puerta para sacar a Guatemala de la desnutrición". Junto a personas de otros movimientos sociales arrancó el proyecto "Tengo algo que dar", con jóvenes que viajaban a zonas de pobreza. Sin embargo, ese movimiento no continuó.
Recién asumió como Ministro de Salud Pública y Asistencia Social, en el contexto del inicio de la crisis por el virus del chikungunya, así como el cierre de la consulta externa del Hospital General San Juan de Dios, el cual suma ya su sexto día de paro. Ante esto, Monterroso destituyó al director de ese hospital, señalado de una aparente mala administración de los recursos.
Monterroso dejó la salud alimentaria para adentrarse el complejo mundo de la Salud Pública y su comienzo no ha sido el mejor. Representa la metamorfosis de un técnico reconocido, que se dejó atrapar por las mieles de la política y así se convirtió en un activo patriota.
