"The Mayan Store" es una marca de accesorios para el hogar que nace en 2010, como una oda a la cultura guatemalteca.
La magia surgió del corazón del uruguayo Gonzalo Pertile y el guatemalteco Diego Olivero, quienes se inspiraron en los colores y diseños tradicionales de Guatemala para crear tapetes, alfombras, cojines, candelabros, lámparas, adornos de sala, copas, cinturones, billeteras, bolsos y zapatos.
La idea de ambos jóvenes era ofrecer productos de calidad, con buenos acabados, que cumplieran con los estándares del diseño global. Pronto participaron en la feria que AGEXPORT realiza anualmente con 20 productos (cojines y taburetes), que enamoraron a los expertos.
"La experiencia de Diego en diseño industrial fue fundamental. Él creó el concepto y desde el principio, fuimos premiados con una mención a mejor producto centroamericano", cuenta Pertile, cofundador de la marca.
"The Mayan Store" lanza dos colecciones al año a través de su página en internet. Además se comunican a través de Facebook e Instagram. Su materia prima es el algodón, el cuero, la mostacilla, la lana y el hilo guatemalteco, libre de químicos nocivos. Sus clientes más fuertes son los estadounidenses; a ellos le siguen Canadá, México, Nicaragua, Venezuela y Europa.
"Tenemos cientes en España, Ingalterra y Alemania. En Australia también estamos comenzando a tener mucho movimiento", agrega Pertile.
Los empresarios también están afiliados al proyecto Hambre Cero, impulsado por el Ministerio de Economía, con el que empresas guatemaltecas se unen a comunidades en extrema probreza, con índices de malnutrición infantil, para impulsar el mejoramiento de la economía local, a través de la elaboración de productos.
Gonzalo cuenta que este trabajo tiene un enorme enfoque social, ya que el impacto en las comunidades que ingresan a trabajar en el proyecto, mejora. "Desde que comenzamos trabajamos con 30 artesanos, ahora son 300".
Acerca de su ingreso en Momostenango, Gonzalo cuenta: "Los artesanos locales perdieron campo desde la introducción del poncho mexicano. Cuando llegamos al lugar solo había tres personas que se dedicaban al oficio, el resto migró a la construcción y el comercio. Desde nuestra propuesta, se unieron a la elaboración tradicional 50 artesanos más".