Que dos diputados discutan y se insulten dentro del hemiciclo parlamentario es común en Guatemala, pero lo que no sucede es que dos miembros de la misma bancada, siendo uno Presidente del Congreso y otro un exfiscal del partido, se falten el respeto y sean protagonistas de un bochorno. ¿Qué divide a estos dos diputados?
César Fajardo y Mario Taracena, ambos diputados por el bloque de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), se vieron envueltos en una fuerte discusión que reveló una batalla interna dentro de la bancada. La razón de la molestia es que Taracena, quien es presidente del Congreso, le quiere quitar la oficina a Fajardo porque esta resulta demasiado cara.
Taracena señala que la oficina de Fajardo es de las más onerosas del Congreso. Por ella se desembolsan 2 mil 800 dólares al mes, más de 21 mil quetzales.
Desaforar a Taracena
Varios legisladores señalaron que en los próximos días se presentará una moción para remover a Taracena de la presidencia. Aunque este viernes 11 de marzo se rumoraba que la amenaza se haría realidad, ningún parlamentario ha ejecutado la propuesta.
Estuardo Galdámez, diputado del Frente de Convergencia Nacional (FCN), reconoció que existe la intención de desaforar a Taracena. “Hay mucha molestia sobre la forma en que Taracena está dirigiendo el Congreso”, puntualiza Galdámez.
Francisco Tambriz, jefe del bloque Alianza Ciudadana, afirma que si alguien presenta la moción para remover a Taracena su bancada la apoyará. "Él le falta mucho el respeto a todos los diputados. A veces habla uno y él se hace el loco, no le da la palabra a los diputados y nos corta", argumenta Tambriz.
La propuesta de quienes se oponen a Taracena es que el jefe de la bancada UNE, Orlando Blanco, ocupe ese escaño. Sin embargo, el parlamentario descarta este extremo. "Nosotros no somos golpistas ni nos vamos a prestar a este tipo de situaciones", enfatizó.
Reacción por plazas
Taracena considera que el descontento de sus colegas es una reacción a que hizo públicos los listados de empleados del Organismo Legislativo y varios diputados perdieron sus privilegios. Sin embargo, reafirma que no se detendrá.
Consultado al respecto, Fajardo se limita a decir que no tiene resentimientos. "Me pidió disculpas, el exabrupto está superado", concluye el legislador.
El presidente del Legislativo podría ser sancionado por su actitud, debido a que la Ley Orgánica del Congreso establece que cuando él quiera opinar sobre algún tema debe dejarle la presidencia a un vicepresidente y pasar a una curul.
Las reformas a la ley interna del Legislativo, que entraron en vigencia el 26 de febrero también contemplan que quien altere el orden de las sesiones podrá ser expulsado del hemiciclo. Sin embargo, delega esta función al mismo presidente del Congreso.