La historia de Mahe y James es una de verdadera amistad y lealtad. James es un niño autista de nueve años que ha encontrado en su labrador negro, un verdadero amigo con quien se siente a salvo y en calma. Mahe es un perro asistente entrenado desde pequeño para ayudar y cuidar a niños con autismo
El amor y la conexión de este labrador y su dueño es tan fuerte que durante unas pruebas médicas para determinar la causa de algunos ataques que sufre James, fue permitido que Mahe estuviera con él en el hospital infantil de Wellington.
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Mahe no se despegó del niño y lo miraba con mucha preocupación mientras le aplicaban la anestecia, estuvo al lado de Michelle, la mamá de James, mientras esperaban que terminara el escáner del pequeño.
Antes de que Mahe llegara a su vida, era muy complicado para la familia salir con James pues su entorno lo alteraba pero gracias a su labrador Mahe puede sentirse tranquilo y seguro, desarollaron un vínculo fuerte.
La tiernas imágenes de Mahe y James se han empezado a compartir en redes sociales.