Están presentes en todos los cortejos procesionales de la Semana Santa. Apostados en las mejoras ubicaciones, algunos enfocando con amplio y sofisticado equipamiento y otros con algo más sencillo, pero allí estarán. Aparecen de la nada y se aglomeran en las bocacalles como palomillas atraídas por la luz. En el momento en que hacen su magia, no tienen ojos para nada más, el objetivo es claro: “clic, clic, clic” hasta obtener esa ansiada imagen.
Si aún no ha adivinado, ellos son los fotógrafos de Jesús. Una especie que se multiplica año con año. La accesibilidad a la tecnología de punta para diferentes presupuestos ha permitido que, hoy en día, Jesús ostente un enorme séquito de fotógrafos.
Para el colectivo de imágenes que se suman al patrimonio cultural de un país, es beneficioso que exista un amplio número de personas que en Cuaresma y Semana Santa saquen a relucir el fotógrafo que llevan dentro. Los asistentes a los recorridos procesionales se quejan que tanto fotógrafo contribuye al desorden que se observa en los cortejos en la actualidad.
Si usted desea unirse al mar de fotógrafos que pulularán por las calles del centro histórico y de la Antigua Guatemala, le recomendamos acatar las disposiciones de los encargados de orden de las procesiones y procurar no entorpecer la mirada de los devotos que sólo buscan ver lo más a sus veneradas imágenes.