Un nuevo capítulo se escribe con el regreso de Alfonso Portillo a Guatemala; políticos y juristas hablan de lo que le espera al expresidente de 63 años, que fue sentenciado en Estados Unidos por el blanqueo de 2.5 millones de dólares.
La expectativa aumentó cuando el exjefe de Estado declaró que su regreso serviría para crear un frente, que abandere reformas a la Constitución, aunque aclaró que no serían para permitir la reelección presidencial.
Estas son seis preguntas de lo que le espera:
Sí se le puede volver a juzgar, pero por otros hechos y no por los que ya fue sentenciado, tanto en Guatemala como en Estados Unidos.
Si existieran delitos por perseguir, las denuncias podrían ser presentadas e investigadas hasta 40 años después de haber dejado el cargo, según se establece en la Constitución Política.
El artículo 155 de la Carta Magna menciona que la responsabilidad de los funcionarios podrá deducirse mientras no se hubiere consumado la prescripción, cuyo término se estipula en 20 años.
Agrega en el tercer párrafo: “La responsabilidad criminal se extingue, por el transcurso del doble del tiempo”.
Mario Fuentes Destarac, vicepresidente del Centro para la Defensa de la Constitución (Cedecon), explicó que “todo dependería si hay causa iniciada en el MP”.
Renzo Rosal, analista en temas políticos, considera que quienes podrían verse afectados políticamente con la presencia de Portillo, podrían darse a la tarea de empezar a presentar denuncias para evitar su participación en el próximo evento electoral.
No, la portavoz del Ministerio Público (MP), Julia Barrera, confirmó que no hay ninguna investigación abierta, aunque sí continúa un proceso para la extinción del dinero que fue depositado en cuentas bancarias de Europa.
En las pesquisas no figura Portillo como procesado, debido a que las cuentas están a nombre de la primera hija de Portillo, Otilia, y su difunta primera esposa.
En total se mantienen embargadas tres cuentas en bancos de Suiza, París y Luxemburgo, que suman 2 millones 900 mil euros.
Aún no queda claro. En su primera conferencia de prensa dejó más dudas que respuestas.
No define si su participación se limitará a brindar asesoría a algún candidato, pero expresó que no aspira ser diputado ni alcalde de Zacapa, aunque ser candidato y ganar un puesto le garantizarían inmunidad.
No corrobora a quién apadrinará en las próximas elecciones. Prefiere no hablar abiertamente del tema, aunque confirmó que tuvo acercamientos con Luis Fernando Pérez, secretario del Partido Republicano Institucional (PRI), antiguo FRG, partido que lo llevó a la presidencia en el 2000.
Con la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) se descarta por ahora algún apoyo por haber sido el expresidente Álvaro Colom quien autorizó su extradición a EE.UU.
Por el apoyo a Mario Estrada, de la UCN, a quien apoyó en las pasadas elecciones, guardó silencio.
Se rumora de la afinidad que existe con el partido MI PAÍS, el cual lidera Luis Rabbé, actual presidente del Congreso y exministro de Comunicaciones en la administración portillista.
Con el Partido Lider también existe animadversión, lo mismo ocurriría con el Partido Patriota, aunque en política partidista, las alianzas pasajeras entre agrupaciones que han tenido antipatía han sido posibles.
Hay una parte de mito y realidad, opina Renzo Rosal, quien cree que se le ha puesto más atención de lo debido y se ha sobredimensionado su aceptación.
“Yo sí creo que tiene un nivel de aceptación y de base popular social importante”, considera.
Una encuesta realizada por la revista Contrapoder, sobre la aceptación que tiene Alfonso Portillo, reveló que un 65.3% estaría dispuesto a votar por él para diputado.
El expresidente tiene planes de quedarse en Guatemala, pero su hija Gabriela y su exesposa Evelyn Morataya viven en México, por lo que no descartó que, si “fuera necesario”, regresaría a aquel país que lo refugió en su primer huida.