Desde hace algunos días, Facebook cambió y separó las publicaciones de los amigos de las páginas que cada usuario sigue.
Tras ese cambio, empecé a ver algunos contactos de personas que ni recordaba que tenía en mi Facebook, otras que no conozco y que no sé por qué las habré agregado y, lo peor de todo, un montón de selfies y resultados de encuestas estilo: “Si fueras un personaje de Harry Potter, quién serías” o “Según tu foto de perfil, esta es la edad física y mental que proyectas”.
Para acceder a las noticias, ahora es necesario pulsar el icono de Explorar, que es una nave espacial y que, de la misma forma, incluye un montón de fanpages que no recordaba haber dado “like” y otras que, al darme cuenta, me aparecen como que “tal y tal contacto tuyo les gusta esta página” o me lo presenta como publicidad.
Ante este cambio, mi pregunta fue: “¿qué le pasó a mi Facebook?”. Es decir, al mío, donde podía ver las páginas que me gustaban y estar cerca de mis amigos que más me interesaban y que no responden a esas tontas encuestas.
Como para ponerlos en contexto, esta es una prueba que está haciendo Facebook en solo seis países. Obviamente, no lo hizo en Estados Unidos o Reino Unido… ni siquiera México o Argentina, sino que en países cuya importancia geopolítica fuera baja, pero con un alto nivel de usuarios. En resumidas cuentas, los países elegidos fueron: Sri Lanka, Bolivia, Eslovaquia, Serbia, Guatemala y Cambodia. Es decir, somos los ratones de laboratorios de la red social más popular del mundo.
Facebook debió reaccionar ante numerosos problemas que venían presentando, que se resumen en: pérdida de usuarios (que han emigrado a Snapchat e Instagram) y acusaciones de favorecer las "fake news" e, incluso, de haber incidido en las Elecciones de Estados Unidos o Francia.
Sin embargo, este cambio, que se está probando en Guatemala y otros cinco países, al parecer, por seis meses, sin duda podría suponer el efecto contrario, ya que los usuarios pueden perder el interés por los cambios radicales y favorecer los sitios de "fake news" y netcenters que intentan desviar los temas de conversación de las políticas nacionales.
Y es que Facebook ya no es simplemente una red social, sino que se ha convertido en un instrumento de la democracia. Ha dado apertura para que un ciudadano cualquiera pueda expresar su opinión y hasta convocar a manifestaciones. Pero ahora el interés es favorecer que veas la tarjeta del Día del Cariño donde te etiquetó tu tía o el resultado de la encuesta de “¿Qué significa tu nombre para el budismo?”
También en el lado de la sección Explorer, ya se ve que empiezan a aparecer más contenidos patrocinados, lo cual puede tener un efecto contrario al deseado, ya que detrás de las "fake news" y los netcenters hay mucho dinero que fácilmente puede inundar Facebook con sus intereses y confundir aún más a la población.
Ojalá Facebook recapacite y deje de pensar solamente en las ganancias, porque si no puede haber una desbandada hacia otras redes sociales por parte de los ciudadanos conscientes que ciertamente quieren informarse.
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