Fernando Licona es un emprendedor que hace unos 20 años decidió darle un rumbo distinto a la educación a los estudiantes de Villa Canales. Su propósito primordial era equipar su centro de estudios, la Escuela de Comercio de la localidad, de herramientas que reforzaran a los alumnos.
Después de mucho esfuerzo, logró institucionalizar la academia de tecnología Juan Aparicio, que en un principio, tuvo como sede una cuarto pequeño y hoy ocupa dos de los tres niveles del edificio del Registro Nacional de las Personas de Villa Canales.
“El proyecto se inició en 1996, pero nuestro sueño era grande porque queríamos traer la tecnología a nuestro municipio. Nuestros primeros alumnos fueron de la Escuela de Comercio. Sin embargo, nos dimos cuenta que también era necesario implementar un sistema para que ellos pudieran encontrar empleo”, recuerda Juan Carlos Callejas, gerente de proyectos educativos de la academia Juan Aparicio.
Según Callejas, se dieron cuenta que la educación no era únicamente lo que querían aportar a la comunidad estudiantil de nivel medio. Así que su siguiente paso era generar un programa para que sus participantes fueran tomados en cuenta para diversas áreas laborales al contar con secretarias, peritos contadores, por mencionar algunos.
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“Recuerdo a Marta, una estudiante que trabajaba por las noches en una gasolinera. Era buena estudiante. Pocos sabían que dormía casi nada. Al regresar a su casa, descansaba unos minutos y se iba a estudiar. Ella se esforzó y ahora es una contadora de una empresa importante, estudia en la universidad y está por cerrar la carrera de auditoria. Las limitantes económicas no son obstáculos para las personas que quieren salir adelante”, expresa Callejas.
Proyectos
Fernando Licona, fundador del proyecto, resalta que comparten sus conocimientos con otros establecimientos cercanos a Villa Canales. Los alumnos que pasan por sus aulas han destacado en el mundo laboral, pero tiene una cuenta pendiente y que ya se encuentra en el proceso de lograrla.
“Nuestros estudiantes tienen certificaciones de sus cursos sobre diversos programas de computación. Muchas empresas nos han dicho que son aptos para una plaza, pero al no ser bilingües, pierden la oportunidad, así que estamos trabajando en un proyecto para capacitarlos y darles clases de inglés, así podrán destacarse en otras áreas”, confiesa Licona.
Para este año, este proyecto tendrá una base de datos de todos sus estudiantes en el último año de diversificado para distribuirlo a grandes empresas y evalúen ofrecerles un espacio para realizar sus prácticas supervisadas, con la opción de obtener un trabajo debido a las certificaciones que tienen en el área tecnológica.
Esta base de datos podría estar lista a más tardar en junio, pero aún se están se definen algunos detalles para lanzarla y promocionarla.