Las oportunidades no se le dan a quien las espera, sino a quien busca triunfar en la vida y Josías López sabía desde niño que para triunfar debía estudiar, a pesar de las circunstancias.
En su natal aldea Piedra Cuache, en El Quetzal, San Marcos, creció junto con sus hermanos en un ambiente rural. Su padre, un albañil, y su mamá, ama de casa, luchaban para darles los necesario a sus hijos. Pero Josías pensaba que esa situación debía cambiar algún día.
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Su infancia pobre lo motivó a buscar soluciones. Cuando sus padres se iban a trabajar lejos, a veces Josías y sus hermanos se quedaban sin comida para alimentarse, así que desgranaban maíz y cuando tenían más de cinco libras, llegaban a la tienda para intercambiar el producto por huevos y salchichas.
A pesar de que su padre consideraba que la educación era para las personas que no tenían nada que hacer, su mamá fue la que intercedió y logró que el entonces niño cursara toda la primaria.
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Al finalizar, Josías quería seguir estudiando y fue así que dejó de cortar café y se hizo ayudante de albañil para ayudar a su padre. Por las mañanas estudiaba y por las tardes se iba a trabajar. Al terminar ese nivel, algo le quitaba el sueño.
El muchacho consiguió una beca para estudiar Bachillerato en Administración de Empresas y finalizó sus estudios en 2010. De nuevo llegaba a su cabeza la idea de emigrar a Estados Unidos, pero sus padres se preocupaban.
Aunque buscaba un trabajo, no lo conseguía, por lo que decidió regresar de ayudante de albañil.
Josías empezó a ahorrar parte de lo que ganaba en ese oficio, además se puso a estudiar álgebra por su cuenta con la intención de aplicar a una beca del programa Impulso al Talento Académico de la Universidad Francisco Marroquín.
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En 2012, Josías llegó a la ciudad de Guatemala y tuvo un choque, pues era algo totalmente distinto a lo que estaba acostumbrado.
Sin embargo, eso no era impedimento para que el luchador estudiante se esforzara y diera lo mejor de sí. Sus notas eran excelentes y su desempeño lo hizo viajar fuera de Guatemala, algo que se imaginaba de otra manera cuando era más joven.
Estuvo en Alemania y Estados Unidos, donde participó en distintos seminarios.
Fue en 2015 cuando finalizó sus estudios universitarios, pero fue un año más tarde cuando se graduó como ingeniero empresarial.
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Fue precisamente en 2015 cuando Josías fue invitado por otros dos amigos para fundar Kémik, una tienda que ofrece más de 11 mil productos en línea y son llevados a sus clientes hasta la puerta de sus hogares. Hoy lidera la empresa, que además ofrece 11 empleos directos.
“No se desanimen, busquen algo que les apasione, no se autocompadezcan y no esperen que llegue alguien a apoyarlos. Sueñen alto y trabajen duro para hacer realidad su sueño”, puntualiza.
