Entrañable, carismático y considerado el "presidente más pobre del mundo". José Mujica o como también se le conoce, Pepe Mujica, termina su mandato como máxima autoridad de Uruguay este domingo.
Durante estos cinco años de mandato, el exministro, diputado y senador se ha ganado el cariño de su pueblo y del mundo entero con un comportamiento sencillo y humilde.
A sus 79 años de edad, el líder del partido Frente Amplio ha demostrado que hay otra forma de gobernar.
Le sucede su compañero de partido Tabaré González, su también predecesor y que ganó las elecciones de 2014 con un 47% de los votos en segunda vuelta.
La vida de Mujica contrasta con la del resto de mandatarios del mundo. El mandatario vive con su esposa en la misma humilde casa en la que vivía antes de ser electo presidente y tan sólo custodiada por dos policías.
Por su forma de vivir, Mujica ha sido considerado el presidente más pobre del mundo pero realmente gana unos 12 mil dólares al mes, de los cuales dona la mayor parte a obras benéficas.
A pesar de lo que dicen las teorías económicas acerca de la fluidez de la economía, Mujica apuesta por una vida sobria. "Cuando gastas, estás gastando tiempo de vida. La sobriedad significa vivir la vida de acuerdo a las cosas que te motivan", afirmó durante una entrevista a un medio español.
Según el mandatario, la obsolescencia tecnológica "mueve la economía pero no desarrolla la vida de las personas". Famosa es su frase durante un discurso ante las Naciones Unidas en la que describía a la civilización del "despilfarro".
La aprobación del proyecto de ley acerca de la legalización de la marihuana convirtió a Uruguay en el primer país que pone en manos del Estado la producción, distribución y venta de marihuana.
El objetivo de esta medida fue terminar con el narcotráfico.
Durante su mandato también ha conseguido legalizar otros temas controvertidos como el aborto y los matrimonios homosexuales.
Sin carros oficiales ni caros, Mujica se ha desplazado en su pequeño Volkswagen Fusca celeste de 1987.
El cariño que tiene por el vehículo, regalado por unos amigos, le llevó incluso a rechazar una oferta millonaria propuesta por un jeque árabe.
El mandatario incluso presume de no depender de Internet. No cuenta ni con un perfil de Twitter ni responde ante correos electrónicos.
La preocupación de Mujica por todos los ciudadanos uruguayos se ha hecho latente en algunas de sus actuaciones más populares. En una ocasión, el mandatario llegó a regalar 100 pesos uruguayos cuando le estaba pidiendo monedas.
En otra ocasión, Mujica llegó a ceder el palacete presidencial como refugio de indigentes en 2012.