El dulce hecho a mano regresa a su elaboración original, en "Japy Candy", una experiencia diferente en el mundo de la repostería "gourmet".
Frutas, letras, caritas, flores... cualquier forma es posible para dar vida a estos "caramelos artesanales", práctica ancestral nacida en Europa y traída al país por Ruby Asturias y Ramón Boixasa.
Esta golosina es hecha de productos naturales; con colorantes de origen vegetal, sin conservantes ni aditivos. Ramón cuenta a Soy502 que el producto puede durar hasta 8 meses a temperatura ambiente, sin perder su forma o sabor.
Agua, azúcar y glucosa, cobran mágicamente vida en diseños inesperados asombrosos, cuyo secreto es la paciencia y la delicadeza. Lo más divertido de estos bocaditos es la experiencia de presenciar su proceso, ya que los "artistas" crean los confites ante los visitantes.
El proceso de elaboración de las curiosas golosinas de Japy Candy inicia en una olla de acero, donde los ingredientes se mezclan a una temperatura específica; la mezcla se vierte en mesas de "frío" y "calor", que permiten agregar el color y moldear la "melcocha" que dará el resultado deseado.
Menta, sabores frutales y otras escencias cobran forma y vida en este proceso. Pronto las piezas que han sido "esculpidas" individualmente se unen de nuevo para obtener el diseño final. El siguiente paso es adherir las capas de manera circular en la mesa caliente, para estirarlas hasta formar "barras largas" que se cortan en pequeños trozos.
La presentación de Japy Candy también es importante: frascos, bolsitas, cajitas transparentes... hay muchos estilos "artesanales" para escoger.
Si quieres apreciar el arte del dulce hecho a mano, visita la tienda-taller de Japy Candy, en Plaza Fontabella (4ta. avenida y 12 calle zona 10) o puedes llamar al teléfono 2336-7289 para mayor información y escribir a ventas@japycandy.com.
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