Aunque no se ha logrado identificar a gran parte de los 131 cuerpos recuperados de entre los escombros que dejó el derrumbe de El Cambray II, en Santa Catarina Pinula, el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif), no ha recurrido a pruebas de ADN para tal fin.
Roberto Garza, portavoz de la institución, explicó que el proceso que se ha utilizado es el Sistema Automatizado de Identificación de Huellas Dactilares (AFIS, por sus siglas en inglés), que al estar sincronizado con la base de datos del Registro Nacional de las Personas (Renap) permite conocer el nombre de los occisos, a lo cual se añade una entrevista con la familia.
Detalló que se continuará con el AFIS hasta que el estado de putrefacción les permita tomar las huellas de los cadáveres y que en caso no se logre, se procederá a capturar fotografías del rostro, cicatrices y tatuajes, así como la toma de una muestra para una eventual prueba de ADN.
Para el cotejo de ADN, se requiere que uno de los familiares acuda a la morgue para la toma de una muestra y por cada comparativo, se erogarían cerca de 300 dólares en reactivos, gasto que aunque no estaba contemplado, asumiría el Inacif.
Asimismo, algunos casos requerirían el cotejo de más de una persona para dar con el perfil afín, por lo que Garza no indicó cuántos podrían efectuar.
Mientras tanto, el Inacif continúa con el almacenamiento de decenas de cuerpos en una cámara fría, para lo cual, incluso se ha solicitado a la población el aporte de hielo seco para que estos se puedan conservar al menos por el tiempo que establece el protocolo de la entidad, no más de 7 días.