El número de muertes de enero a noviembre de 2014 sumó 5 mil 421 víctimas, según el reporte de necropsias practicadas en el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif).
Con esa cifra, la proyección de la tasa nacional se situará al final del año en 31.5 homicidios por cada 100 mil habitantes, lo que significa que por quinto año consecutivo las muertes han disminuido, explica Carlos Mendoza, del Central American Business Intelligence (CABI).
Aún así, Guatemala sigue arriba del promedio de muertes en Latinoamérica, lo que sitúa al país como uno de los más violentos de la región.
Los más violentos
Guatemala, Escuintla, Petén, Chiquimula e Izabal, son los cinco departamentos donde la violencia homicida se mantuvo durante 2014, confirma un informe de la Policía Nacional Civil (PNC).
En otros departamentos, las cifras generales son las siguientes:
Homicidios siguen donde mismo
La mayor parte de los homicidios se han perpetrado en Guatemala y Escuintla, por ser las ciudades donde mayor desarrollo y actividad económica se registra, opina Edgar Zelada, consultor del Instituto de Problemas Nacionales de la Universidad de San Carlos.
Mientras, Carlos Mendoza, de Cabi, refiere que la dinámica de crecimiento caótico en las zonas urbanas del departamento de Guatemala, hace que se expandan otro tipo de problemas como las extorsiones.
Según la PNC, en la zona 18 es donde más homicidios se registran; este año se reportan 123 víctimas.
Este es el mapa de homicidios por zonas de la capital:
En relación a los crímenes en Petén, Izabal y Chiquimula, Zelada menciona la hipótesis del narcotráfico como posible explicación.
La pobreza no genera violencia
Zelada está claro en reiterar que la pobreza no es la generadora de violencia: “Lo que provoca la violencia es la desigualdad”, considera.
Para confirmar su teoría explica que los departamentos de Sololá y Totonicapán es donde menos homicidios ocurren y donde más población indígena pobre vive.