Brasil y varias partes del mundo recuerdan con diferentes homenajes este jueves, los 20 años de la muerte del piloto brasileño Ayrton Senna, tricampeón mundial de Fórmula Uno, uno de los mayores ídolos de ese país y de varios seguidores alrededor del mundo. Senna murió cuando sólo tenía 34 años en un trágico accidente en el circuito italiano de Ímola.
Una exposición sobre su vida inaugurada en Sao Paulo, un avión de una aerolínea pintado con los símbolos que identificaron al piloto y el lanzamiento de productos alusivos al ídolo figuran entre los homenajes con que los brasileños recordarán a un mito que nunca será olvidado.
Esa idolatría obedece no sólo a los éxitos de Senna en las pistas sino también a su mentalidad vencedora. Nacido en Sao Paulo en 1960, el piloto nunca escondió su ambición.
El tres veces campeón mundial de Fórmula Uno se marchó para siempre en el punto álgido de su carrera, después de perder el control de su monoplaza Williams-Renault en el circuito de Ímola, cuando circulaba por la temida curva Tamburello.
Fue un piloto muy carismático y su carrera siempre estuvo marcada por sus sonrisas, sus bromas y su comportamiento amigable con los periodistas y los aficionados, que se congregaban cada domingo frente al televisor para vibrar con sus carreras y sus triunfos.
El día de su muerte la conmoción en Brasil fue total. El Gobierno declaró tres días de luto y su ataúd recorrió las paralizadas calles de Sao Paulo, la mayor ciudad del país, sobre el techo de un coche de bomberos y ante multitudes que fueron a despedirlo.
Había muerto un campeón e, inmediatamente, había nacido un mito del deporte para los brasileños, probablemente solamente superado por el futbolista Pelé.
Senna siempre se mostró muy preocupado por la seguridad de los pilotos en las competiciones de Fórmula Uno. En el Gran Premio de Bélgica de 1992 detuvo su monoplaza, corriendo el riesgo de ser atropellado, para ayudar a Erik Comas, que acababa de sufrir un accidente.
Aún hoy, los pilotos brasileños cargan con el fantasma de Senna en las pistas, cuando son comparados a él en los momentos en que no les salen las cosas tan bien como les gustaría.
El piloto fue el gran protagonista del último carnaval de Río de Janeiro, en marzo pasado. La escuela de samba Unidos da Tijuca se inspiró en el piloto para su comparsa, algo que maravilló al público y al jurado, que decidió concederle la victoria.