Unos días antes, Roxana Baldetti, entonces la aún secretaria general del Partido Patriota (PP), había anunciado que el domingo 21 se realizaría un mitin en el Parque Central para proclamar a Alejandro Sinibaldi como “precandidato” presidencial del oficialismo. Desde entonces, un hombre había decidido ya desafiar esa manifestación política.
Se trata de Fausto Rosales, a quien se le vio entre la marea de playeras naranjas desafiando la proclamación de Sinibaldi con carteles que pedían “Menos mentiras y más desarrollo”.
Aquí la historia de Fausto, un seminarista católico que decidió salir del convento y desafiar esa excesiva manifestación política del PP, de la cual el Tribunal Supremo Electoral (TSE) ya suspendió al partido y significó la destitución de Baldetti como secretaria general.
A pesar del miedo que sintió por protestar de esta manera, estaba decidido a hacerlo. Las agresiones no tardaron en llegar, no solo de parte de los mismos “simpatizantes” patriotas, sino también de parte de la seguridad del evento. Sin embargo, los miembros de los medios de comunicación que cubrían el mitin lo apoyaron.
“El miedo siempre estuvo en mí, y más cuando la misma gente me rechazaba; en cierta ocasión me tiraban agua en la cara y a los carteles también. Por otra parte, la seguridad del evento casi me agrede, pero gracias a la prensa que se acercó a mí y me fotografió, los “gorilas” se apartaron”
Y es que lo de “simpatizantes” debe escribirse entrecomillado, porque para Fausto era obvio que los miles de personas que llenaron la Plaza de la Constitución llegaban por obligación o por devolver favores.
“Eso era más que evidente, la gente llegó animada por dinero y limosnas, como láminas, blocks y bolsas seguras”, explicó, luego de percatarse de esto al estar hombro con hombro con las personas.
Una protesta que trascendió
Sus motivaciones para realizar esta protesta fueron ajenas a la política partidista. Descarta pertenecer a una agrupación política. En cambio, su motivación son “la verdad, la justicia, y la indignación, de ver que nos insultan en nuestra propia cara, al despilfarrar los recursos que nos pertenecen y que deberían servir para el desarrollo del país, de nuestra juventud, de nuestros niños”, expresó.
Su imagen sosteniendo carteles de protesta en medio de los simpatizantes patriotas causó un sin fin de “likes” en Facebook y retuits en Twitter, así como otras muestras de admiración. Para Fausto, las redes sociales sí sirven y a través de ellas se puede protestar para generar un cambio. Pero también debe estar acompañada de una acción para que la crítica sea mucho más eficaz.
Otra de sus motivaciones concretas en contra de esta manifestación partidista, es el panorama de las próximas elecciones. Según comentó, le dan ganas de exigir el desacato de la sociedad: “No nos conformemos con el menos peor... tengamos un poco de memoria histórica y pronunciémonos por nuestros pueblos marginados”.
Un seminarista con proyección social
A pesar de ser un seminarista y de pasar la mayor parte del tiempo recluido en un claustro, Fausto indica que el papel de los creyentes no debe ser únicamente de reflexión y de oración, pues es también parte de la religión el tener conciencia social.
A la pregunta de si volvería a hacerlo otra vez, indicó que no lo dudaría y que tras esta experiencia muchas personas le han ofrecido su apoyo; así que para la próxima no estaría él solo. Y que, incluso, haría la convocatoria en redes sociales para que se sumen otras personas.
