Una de las fotografías que más se compartió y comentó en redes sociales de los movimientos #NiUnaMenos, fue la de un hombre que cargaba un gran letrero en donde se leía: “Estoy semidesnudo, rodeado por el sexo opuesto y me siento protegido, no intimidado. Quiero lo mismo para ellas”. No obstante, hay otro lado de la historia que no salió a la luz hasta que la imagen llegó a las manos de la expareja del hombre que aparece en la foto.
El nombre del sujeto que sostiene el cartel es Felipe Garrido y tiene denuncias por maltrato físico contra la mujer y deudas considerables por impago de cuotas de manutención de su hija de 11 años, reveló su expareja Francesca Palma. Estos, reporta el sitio El Desconcierto, se pueden comprobar en los registros de un Juzgado de Familia de Santiago, Chile.
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Palma compartió la fotografía contando el otro lado de la historia. En una publicación en redes sociales contó que además de haberla maltratado en el pasado, Garrido se excusó ese miércoles de cumplir con el acuerdo de visitas de su hija alegando motivos laborales. No obstante, lo hizo para asistir a la manifestación. Ahí le tomaron la foto, que le daría la vuelta al mundo, en donde pedía respeto para las mujeres.
Según cuenta la mujer, su relación con Garrido empezó cuando tenían quince años. A los 19 ella quedó embarazada y tuvo, con apoyo de su familia, que hacer frente a todos los pagos del embarazo pues Garrido nunca se responsabilizó alegando que no debía dejar de estudiar. La situación continuó cuando se fueron a vivir juntos, primero a la casa de los padres de Garrido y luego a un departamento.
La familia de Palma nunca estuvo de acuerdo con la relación. Les molestaba principalmente que no trabajara y les parecía que su trato hacia ella era violento. “Mi papá muchas veces me fue a buscar al departamento y yo estaba con la cara marcada por sus golpes”, recuerda, agregando que “si no me hubiese ido de la casa, capaz sería yo una menos”
Según consta en causas judiciales abiertas de los Tribunales de Familia contra Garrido, su hija ha manifestado “no querer verlo más, por conductas que no la hacen sentir cómoda”. La pequeña habría manifestado tanto a su madre como a profesionales que su padre no cumple con horarios de alimentación o cuidados mínimos. Hay reportes que indican que la niña ha llegado a casa a las 16:00 de un domingo luego del régimen de visitas sin haber comido, o insolada tras haber permanecido horas al sol sin protección.
Alegando que dejó su empleo para dedicarse a proyectos personales es que debe más de 3 millones de pesos (34 mil 500 quetzales aproximadamente) en cuotas de manutención. Desde enero que no paga nada, cuenta Francesca, pese a que se le dio la opción de pagarlos en cuotas. “Te imaginas cómo me sentí cuando lo vi en todos lados, a la gente dándole pantalla a un tipo que ha hecho cuadritos mi vida y la de mi hija“, reflexiona.
*Con información de Cosecha Roja