Gilberto Francisco Ramos Juárez de 11 años salió desde Chiantla, Huehuetenango hacia Chicago, Estados Unidos para reunirse con su hermano. Pero lamentablemente nunca llegó a su destino. Su cádaver fue encontrado hace 15 días en el Valle del Río Grande, Texas en las cercanías de la frontera con México.
El canciller guatemalteco, Fernando Carrera, confirmó que es el primer caso de un niño migrante guatemalteco fallecido que ocurre desde 2012.
Las autoridades estadounidenses pudieron confirmar la identidad del niño porque dentro del cinturón de su pantalón llevaba anotado el teléfono de su hermano. La última vez que su familia supo de él fue hace más de 25 días cuando se perdió en el desierto.
Las autoridades guatemaltecas recibieron información de la muerte del niño este lunes por la mañana y se comunicaron con su padre en Chiantla, Huehuetenango. Según Francisco Cuevas, secretario de comunicación de la presidencia, se inició un trámite administrativo para la repatriación del cuerpo.
Aunque el padre ya había identificado previamente la ropa de su hijo. El consulado de Guatemala en McAllen envío fotografías de la ropa del niño (un pantalón de Angry Birds, unas botas de cuero negro y un rosario blanco) y el padre confirmó la identidad.
Según el departamento de policía del sur de Texas el niño no tenía señales de violencia ni golpes. La causa de muerte pudo ser una asfixia por calor.
Desde octubre de 2013 más de 52 mil menores centroamericanos y mexicanos han sido detenidos al cruzar la frontera entre México y Estados Unidos. Las autoridades estadounidenses lo han calificado como una "crisis humanitaria".
(Con información de La Jornada y The New York Times)