El ex secretario general de la Presidencia, Gustavo Martínez, yerno de Otto Pérez Molina, pasó su primera noche en la carceleta de tribunales al lado de César Medina Farfán y el exministro de Energía y Minas, Edwin Rodas.
El semblante de Martínez es de una persona afligida, ha tenido varias conversaciones con sus abogados y se ha mostrado cordial con los guardias de presidios a quienes agradece cada vez que le abren la puerta de la carceleta.
Martínez declaró desde la celda improvisada, que no benefició a la empresa Jaguar Energy, aunque la fiscalía asegura tener evidencia que el yerno del presidente se habría aprovechado de su puesto como secretario privado para lograr reuniones con el mandatario y “proteger” los intereses de la compañía.
Esta es su versión desde la carceleta.
Martínez asegura que no ha platicado con el presidente Otto Pérez después de haber sido detenido el jueves en la zona 10.
Las pesquisas apuntan a que César Medina Farfán era el enlace entre la empresa Jaguar Energy y Martínez.
Según el MP, el peruano Ernesto Córdova -quien se encuentra prófugo- solicitaba a Medina Farfán información privilegiada del proyecto de la empresa y el exministro Rodas y Martínez aportaban datos.
Por el momento, la fiscalía ha revelado que en 2014 Karen Cancinos recibió 120 mil dólares como pago de los favores, pero hicieron creer que haría una asesoría en relaciones públicas. El dinero, en apariencia, habría ido a manos de los señalados.
El operar estaría enfermo
César Agusto Medina Farfán, el “traficante de influencias” como lo llamó el jueves el comisionado de CICIG, Iván Velásquez, fue examinado por un médico debido a aparentes problemas en la columna vertebral.
El chequeo médico fue solicitado para comprobar los padecimientos y pedir a la jueza contralora de la investigación que Medina sea internado en un hospital y no sea enviado a una cárcel preventiva.