Guatemala busca sacarle provecho a sus bosques, pero sin talar ningún árbol. El país quiere ganar dinero protegiendo y cuidando sus selvas. Si logra crear y ejecutar el Programa Nacional para la Reducción de Emisiones de Gases de Efecto Invernadero, que anunció este jueves, podría recibir del Banco Mundial 30 millones de dólares al año.
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¿Cómo va a lograr esto? Por medio de la venta de bonos de carbono. Eston son un mecanismo internacional que tiene por objetivo reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
¿Qué es un bono de carbono?
La forma en que funciona es que un país o empresa privada puede optar a recibir un pago anual si demuestra que realizó acciones que disminuyen la emisión de CO2 a la atmósfera, como por ejemplo: proteger un bosque, utilizar energía renovable, etc.
El ministro de Finanzas, Julio Héctor Estrada, explica que vender estos bonos es una manera de “capitalizar el esfuerzo que se ha realizado por conservar los bosques en el país”.
Por ejemplo, si una persona tiene una empresa que emite CO2 a la atmósfera, ella puede comprar bonos de carbono a una compañía o país que posea producto de sus acciones de reducción de polución. Un bono de carbono le “da derecho” de lanzar a la atmósfera una tonelada de CO2.
Programa Nacional para la Reducción de Emisiones
Este jueves autoridades de las carteras de Finanzas, Ambiente y Agricultura firmaron la “Carta de Carbono”. Este acuerdo es el primer paso para la creación del Programa Nacional para la Reducción de Emisiones de Gases de Efecto Invernadero.
Firmado este convenio, el país tendrá acceso a un fondo de 650 mil dólares, administrado por el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento, para desarrollar un plan que le permita a Guatemala recortar sus emisiones de CO2.
Dicha idea abriría al país la posibilidad de “vender” al Fondo Cooperativo para el Carbono de los Bosques los avances en la reducción emisión de gases invernadero. “Por cada tonelada de dióxido de carbono que reduzcamos de nuestras emisiones, nos van a pagar cinco dólares”, expuso el ministro de Ambiente y Recursos Naturales, Sydney Samuels.
El mercado de los bonos de carbono
Guatemala tendría, según el acuerdo que se está evaluando con el banco, capacidad autorizada de vender hasta 10 millones de toneladas de bonos de carbono al año. Esto le daría la posibilidad de obtener 50 millones de dólares en dicho periodo.
Los bonos de carbono pueden ser adquiridos, como cualquier otro producto, por otros países industrializados o empresas privadas que emitan gases de efecto invernadero. Estos les son útiles para seguir creciendo sin sobrepasar la cantidad de toneladas de CO2 que tienen autorizados de emitir cada año.
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Samuels explicó que en Guatemala varias empresas privadas ya venden bonos de carbono, principalmente aquellas que se dedican a la generación de energía renovable o producción de madera.
La hidroeléctrica Río Las Vacas fue una de las primeras empresas guatemaltecas autorizadas por Naciones Unidas para colocar en el mercado internacional Certificados de Emisión de Reducciones (CER).
Otro ejemplo es el de la V Conferencia Interamericana de RSE, que tuvo lugar en Guatemala en diciembre de 2007. En aquella ocasión, el Banco Interamericano de Desarrollo pagó el equivalente a 20 mil dólares a una generadora eléctrica de Quiché para contrarrestar la contaminación producida de al menos mil toneladas de gas por la electricidad consumida, el transporte aéreo y terrestre utilizados durante el evento.
Estrategia para reducir emisiones
El titular del ministro de Ambiente y Recursos Naturales aseguró que, según estimaciones de su cartera, entre 2005 y 2015 las emisiones de carbono del país se incrementaron de 31 millones de toneladas a 40 millones.
Samuels explicó que Guatemala se comprometió en la cumbre de París sobre el cambio climático a reducir sus emisiones de CO2 en 60 millones de toneladas para el 2030.