El gobierno lo exigió, los diputados lo ejecutaron y nosotros lo vamos a pagar.
La administración de Otto Pérez Molina, con ayuda de la supuesta oposición encabezada por el Partido Lider, recién aprobaron el presupuesto más alto de la historia: 70.6 mil millones de quetzales.
Pese a que algunos congresistas se llenan la boca denunciando que la gestión es mala y que los señores roban en el Ejecutivo, 106 de ellos se confabularon para aprobar ese presupuesto hinchado y abrocharnos con más impuestos.
Como no podían financiar la totalidad de esta locura con deuda, decidieron clavar al contribuyente. El fisco recibirá cinco quetzales al mes por cada línea de teléfono, cien por cada línea telefónica utilizada en los call centers y cinco por cada costal de cemento.
Para eso sí se pudieron poner de acuerdo los naranjas con los colorados, gracias a los buenos oficios de los corbatas moradas.
El licenciado Edgar Barquín, precandidato a la vicepresidencia del partido Lider llegó a la sesión al Congreso a dirigir la operación desde un palco. El diputado Roberto Alejos se acomidió a ir a tomarle dictado.
El precandidato de los Patriotas, Alejandro Sinibaldi, no se apareció, pero el paquete se armó gracias a sus buenos oficios, desde varios días antes.
Lenguaraz como siempre, el parlamentario Mario Taracena describió tal cual lo que estaban haciendo: los Patriotas, como “ovejas”, seguían las órdenes de “los burros”, el bloque de Lider que ya gobierna desde las sombras, dirigido por el candidato de los anteojos, Manuel Baldizón.
¿Qué será de todo el dinero pactado?
Lo van a hacer piñata, porque el presupuesto eliminó los candados para evitar transferencias caprichosas.
En otras palabras, el Congreso acaba de girar un cheque por 70.6 mil millones de quetzales que los gobernantes gastarán a su gusto y antojo, sin controles técnicos ni necesidad de rendir cuentas, en año electoral.
Como los parlamentarios también borraron de un plumazo los Comprobantes de Disponibilidad Financiera, no habrá ningún freno a la famosa “deuda flotante”. Con un precandidato a la presidencia proveniente del partido oficial, que recién dejó el Ministerio de Comunicaciones, agárrense porque lo previsible es que esos gastos se disparen hasta las nubes.
Por si fuera poco, los gobernantes tampoco se midieron con los Bonos del Tesoro, es decir, más deuda, pues dejaron aprobada la emisión de 2.8 mil millones de quetzales.
La misma alianza política de PP y Lider se está encargando de colocar en la Controlaría al mejor papanatas para anestesiar a la institución y garantizar que siga haciendo auditorías que no verifican más que la cuadren los números reportados, no si los precios son correctos, si las obras han sido terminadas y mucho menos, si fueron ejecutadas con calidad.
Antes de ello, los dirigentes políticos del país ya se encargaron de repartir las cortes con el objetivo manifiesto de subyugar a la justicia. La idea es que pase lo que pase, la impunidad esté garantizada ante cualquier acusación.
El siguiente paso es silenciar a prensa y activistas. Esta semana, el columnista Gustavo Berganza dio la voz de alerta pues al parecer, se estaba preparando una campaña de desprestigio en su contra.
De igual manera, fuentes allegadas a altos círculos diplomáticos me informaron que hay preparada también una arremetida mediática en contra de importantes funcionarios del sistema de Naciones Unidas. El propósito sería desacreditar a todos los críticos: sociedad civil, prensa y comunidad internacional.
El procurador de los Derechos Humanos, Jorge de León, está preocupado ante el panorama que se avizora para el año entrante, donde no sería raro que asome de nuevo la violencia.
Los movimientos están hechos y ejecutados y ya ni siquiera podemos llamar al Chapulín Colorado. La pregunta es ¿nos queremos dejar?