La Semana Santa en Guatemala se vive con diferentes tradiciones, muy particulares, como la de los "gateadores" del departamento de Quiché, quienes portan sobre su espalda, mientras se desplazan arrastrándose, espinas para expiar sus pecados.
A unos 200 kilómetros de la capital de Guatemala y a 34 kilómetros de la cabecera departamental de Quiché, los pobladores del municipio de San Andrés Sajcabajá, tienen una tradición única en el mundo para celebrar el Viernes Santo.
Los "gateadores" son hombres que se amarran espinas a la espalda, se tapan el rostro con pañuelos o telas y se arrastran por las calles del municipio durante unas cuatro horas con el único objetivo purgar sus culpas o deslices.
Domingo Ixcot, de 63 años, recordó que la tradición empezó con la colonización de España, ya que eran los españoles los que "obligaban a los indígenas" a arrastrarse por los bulevares del pueblo con espinas para simular, así, la pasión de Jesús.
"Lo hacemos por creencia y por reflexión personal", manifiesta el anciano, con una devoción que se refleja en su rostro y en el brillo de sus ojos.
Domingo recuerda que antes los "gateadores" se contaban por decenas en el pueblo, pero que, con el paso de los años, la historia se ha ido perdiendo y ahora son pocos los que quieren hacer este "sacrificio".
El hombre achaca este hecho a factores como el aumento de adeptos que ha tenido la iglesia evangélica en el municipio, donde los jóvenes se han convertido en creyentes y devotos de esa religión dejando a un margen este "acto católico".
Este año, 18 hombres "gateadores" salieron a las calles para pasear y mostrar sus pecados por encima de hojas de pino, mientras otros de sus compañeros les colocan alfombras a su paso.
Eva Luz Urízar, una mujer que ha vivido y crecido en San Andrés toda su vida, explica que los penitentes se comprometen a hacer este sacrificio durante siete años seguidos, pero que antes, necesitan 40 días para preparase para esta conmemoración.
Durante ese tiempo de cuarentena, añade, los "gateadores" no pueden mantener contacto con su familia y solo pueden comer tortillas y beber "agua caliente".
No hay ningún tipo de precepto o condición para pasar a formar parte de este elenco, lo único que, antes del Viernes Santo, los gateadores tienen que abstenerse de consumir cualquier tipo de "carne", en la que se incluye la comida y también el sexo.
En la procesión, los penitentes rezan el Padre Nuestro y el Ave María cada vez que se detienen, portando un rosario en su mano derecha, como símbolo de su fe.
Las espinas están colocadas en su costado de forma que no se puedan levantar ni clavarse en la piel, aunque propios y extraños se asombran de este acto de "generosidad e inmolación".
Esta procesión se convierte en otro de los atractivos de la Semana Mayor en Guatemala, donde las autoridades esperan recibir más de 300,000 visitantes extranjeros.