La presidenta argentina, Cristina Fernández, denunció el lunes la existencia de una historia "muy sórdida" y de "interrogantes" tras la muerte de Alberto Nisman, y defendió los intentos de su Gobierno por esclarecer el atentado contra la mutual judía AMIA en su primera reacción tras el fallecimiento del fiscal.
Fernández, en una extensa carta colgada en su página de una red social, denunció también intentos de "desviar, mentir, tapar y confundir" sobre el atentado contra la AMIA y cargó contra agentes de Inteligencia y medios opositores.
En espera de un juicio de encubrimiento sobre el atentado contra la institución judía impulsado por Nisman contra el expresidente Carlos Menem, el exjuez de la causa AMIA y exresponsables de los servicios de Inteligencia, la presidenta denunció el papel de los agentes en el primer juicio sobre la tragedia.
"Si en aquel juicio desaparecían los cassettes que probarían que la SIDE (Secretaría de Inteligencia del Estado) estaba al tanto de que se estaba preparando un atentado, ahora aparecen cassetes de personajes públicamente simpatizantes de Irán a los que ni siquiera es necesario intervenir un teléfono para saber lo que hacen o lo que piensan", agregó la mandataria argentina.
La presidenta se plantea una larga serie de interrogantes sobre las circunstancias que han rodeado a la muerte de Nisman, entre ellos se pregunta porqué el fiscal pediría un arma -con la que se disparó- a uno de sus colaboradores para defensa personal cuando contaba con una custodia de 10 policías y vivía en un edificio con seguridad privada.
"Creo que los argentinos nos merecemos no ser tan subestimados en nuestra inteligencia y mucho menos cuando 85 víctimas y sus familiares todavía esperan justicia después de 21 años", concluyó el comunicado.
Nisman, de 51 años y al frente de la Unidad Fiscal Especial de Investigación del Atentado a la AMIA desde 2004, había asegurado esta vez que tenía pruebas que demostraban que, tal como apuntaba la investigación y la comunidad judía, Irán y la organización "Hizbulá" estuvieron detrás de la planificación y ejecución de ese ataque.
El fiscal denunció la pasada semana a Fernández y a varios de sus colaboradores por la firma de un acuerdo con Irán que supuestamente implicaba encubrir a algunos de los principales acusados del atentado contra la institución judía.