La ciudad de Ferguson, en Misuri, en el Medio Oeste de Estados Unidos, es un "polvorín" desde el pasado 9 de agosto cuando un policía blanco mató a tiros a Michael Brown, un joven afroamericano de 18 años.
Las protestas y violencia no han cesado desde esa fecha, lo que llevó a las autoridades a declarar un toque de queda y desplegar a la Guardia Nacional para reestablecer el orden.
La muerte de Brown ha sido la chispa que ha liberado una furia enquistada durante mucho tiempo en buena parte de la comunidad negra de la ciudad, que acusa a la policía de actuar frecuentemente por motivos racistas.
Según un informe del fiscal general de Misuri sobre la actividad de 2013, la policía de Ferguson paró y arrestó a conductores negros casi el doble de veces que a blancos. Es una disparidad habitual en el conjunto de EE UU. Del total de detenidos en el país en 2012, un 28,1% eran negros, según datos del FBI.
Una proporción que duplica su peso demográfico (13,1%).
Seis heridas de bala
El Departamento de Justicia anunció en un comunicado que pedirá una segunda autopsia del cadáver de Brown, dadas "las circunstancias extraordinarias" de su muerte.
Dos investigaciones están en marcha sobre el caso Brown y las controvertidas circunstancias en que fue ultimado por un policía blanco. Una es realizada por las autoridades locales y la otra por el FBI. Según la policía, Brown murió tras reaccionar de forma agresiva y resistirse a su arresto.
Pero Dorian Johnson, quien acompañaba a Brown cuando fue baleado, aseguró que éste fue abatido cuando tenía las manos en alto.
El New York Times aseguró la noche del domingo que Brown recibió al menos seis balazos - dos disparos en la cabeza y cuatro balazos en el brazo derecho -, citando un informe preliminar de Michael Baden, el médico que realizó una autopsia a pedido de la familia del joven.
La policía difundió una grabación de un robo ocurrido 20 minutos antes de la detención y posterior muerte de Brown, que muestra cómo un joven negro de su misma estatura roba varias cajetillas de cigarrillos en una tienda cercana.
La familia se ha declarado "escandalizada" por lo que considera son versiones amañadas difundidas por la policía que, según denuncia, están destinadas a "responsabilizar a la víctima y desviar la atención".
(Con información de AFP, EFE, The New York Times y El País)