La desesperación, angustia y el dolor de no saber sobre un familiar invadió a decenas de personas que trabajan a diario en el vertedero de la zona 3. Desde horas de la mañana se acercaron a la entrada de ese lugar para buscar una respuesta, mientras ofrecían su ayuda para realizar las labores de rescate.
La incertidumbre provocó que por momentos el ambiente se tornara hostil; sin embargo el poder de liderazgo de varios de sus compañeros calmó los ánimos.
“Hemos tratado de localizar a los familiares de varios compañeros. Ayer fuimos al hospital y a la morgue para saber si estaban ahí, pero no los encontraron, por eso venimos para ver si nos dejan entrar a buscarlos porque nosotros no le tenemos asco a la basura y metemos las manos en cualquier lugar”, relataba una de las mujeres que llegó para apoyar a sus compañeros.
Los afectados mantienen la consigna en que nadie les avisó del peligro y que no hubo dos alertas como dicen las autoridades.
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“Eran muchas las personas las que estaban en el lugar cuando ocurrió el deslave. No son cinco o diez como dicen. Queremos hacer lo posible para encontrarlos a todos”, agregaron los afectados.
Los afectados esperan que los rescatistas puedan rescatar el mayor número lo más pronto posible y darles cristiana sepultura.