Unos 300 judíos ortodoxos de la comunidad Lev Tahor se han trasladado a la ciudad de Guatemala, luego de ser expulsados de San Juan La Laguna.
Las familias se han instalado temporalmente en un edificio en el vecindario del Mercado La Terminal, hasta donde llegaron cargando sus cosas en maletas, bolsas y cajas.
Este grupo de judíos, conformados por unas 30 familias, salió de Canadá para poder educar a sus hijos según los preceptos de su religión. En ese país del norte, les era prohibido formar a los pequeños según sus creencias.
Los judíos de Lev Tahor asentaron en San Juan La Laguna buscando libertad. Sin embargo, algunos vecinos se quejaron de su presencia: dijeron que los judíos los discriminaban, que no los saludaban en la calle y que sus costumbres eran incompatibles con las tradiciones del pueblo. Las quejas fueron elevadas al Consejo de Ancianos de la comunidad, quienes les pidieron que abandonaran el lugar.
Pese a los intentos de mediación del Procurador de los Derechos Humanos, no fue posible llegar a un acuerdo. Las autoridades de San Juan La Laguna les pusieron un últimatum a los judíos para que salieran de su comunidad, les advirtieron que les cortarían los servicios y los amenazaron diciendo que el "pueblo se levantaría" en contra de ellos.
Por su parte, los judíos denunciaron estas amenazas ante el Ministerio Público. Para evitar mayores conflictos, desalojaron las casas que tenían alquiladas en San Juan La Laguna y se mudaron a la ciudad de Guatemala. Dijeron que permanecerán en el país porque aquí existe libertad de culto.
La expulsión de la comunidad judía Lev Tahor ha generado un intenso debate en Guatemala: mientras unos argumentan que tienen derecho a proteger las tradiciones de su comunidad, otros reivindican la libertad de culto y el respeto a la multiculturalidad.