La magistrada de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), Blanca Stalling, enfrenta una de las encrucijadas mas críticas de su carrera: mantenerse en el cargo, o renunciar a raíz de los señalamientos de posible tráfico de influencias, no solo para su hijo privado de libertad, sino por una escucha telefónica en el caso La Línea, donde se le menciona como facilitadora.
Stalling está ausente del Palacio de Justicia desde hace un mes, y todo apunta a que pedirá una prórroga del permiso sin goce de salario, autorizado el pasado 25 de mayo por el pleno de magistrados de la CSJ, aunque la petición no había llegado hasta este martes, según el vocero de la CSJ, Angel Pineda.
El conflicto de la magistrada Blanca Stalling empezó el 11 de mayo de 2015, cuando el Ministerio Público (MP) presentó una escucha telefónica, durante la audiencia de primera declaración de los implicados en el llamado caso “Bufete de la Impunidad”, cuyos abogados “movieron” influencias judiciales para obtener medidas sustitutivas a favor de los implicados.
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En la conversación telefónica interceptada, se escucha al sindicado Francisco Javier Ortiz Arriaga, alias "Teniente Jerez", y el prófugo Luis Mendizábal, quien asegura que “Blanca Stalling es la que está detrás, ellos tienen muy buena comunicación”.
Después de ello Stalling, presentó un memorial para “ponerse a disposición del MP” y negó su relación con Mendizábal o alguno de los involucrados.
Aunque se pensó que podría tratarse de una confusión por estar siendo señalada de haber recibido soborno su cuñada la jueza del ramo penal, Martha Sierra de Stalling, ese mismo día la fiscalía dijo que no descartaba nada.
El MP prefiere no pronunciarse por ahora sobre alguna investigación abierta contra la magistrada Blanca Stalling.
La controversia en torno a Stallingse agravó la madrugada del 20 de mayo, cuando su hijo, Otto Molina Stalling, fue capturado en su residencia, sindicado de orquestar una fraude millonario en el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS).
Esa mañana, Stalling llegó a la CSJ, una de las últimas veces que se le vio por los pasillos. Recibió algunas muestras de apoyo de sus subalternos pero evitó dar declaraciones.
Después de eso aseguran estuvo inconsolable, se convertía en el segundo magistrado de la CSJ que tenía un hijo que era detenido, luego de lo ocurrido con César Barrientos y su hijo, hecho que terminó en forma dramática, con el suicidio del magistrado. Coincidentemente, Stalling y Barrientos fungían como presidentes de la Cámara Penal.
¿Debería renunciar Stalling?
Con estos antecedentes, todo apunta a que debería de dejar el cargo. Por lo menos así lo creen algunos jueces agremiados en el Instituto de la Judicatura, quienes mantienen la solicitud de pedirle la renuncia a Blanca Stalling, para evitar presiones.
Carmen Aída Ibarra, directora del Movimiento Pro Justicia, opina que “no han variado las causas, porque los casos en los que se le involucra no están cerrados, no han sido resueltos”. De esa cuenta, la activista considera que Stalling puede influir desde su magistratura.
A criterio de Ibarra, la salida de Stalling no responde a violar su derecho de inocencia; “es una cuestión política y de ética”, expresó.
Javier Monterroso, exasesor del Ministerio Público, es de la idea que, mientras no exista un caso o una acusación formal, “no hay forma de separarla, nadie ha presentado un antejuicio en su contra”, aunque considera que debería dejar de forma permanente la Presidencia de la Cámara Penal para evitar el desgaste a la CSJ.
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Hijo de Stalling pide salir libre
Otto Molina Stalling, hijo de la magistrada, solicitará formalmente a la jueza Silvia Violeta de León, que le beneficie con una medida sustitutiva; para ello se ha programado para el 2 de julio próximo una audiencia en la cual se resolverá la petición.
La Fiscalía lo acusa de cobro ilegal de comisiones y asociación ilícita. La investigación detalla que Molina Stalling, siendo asesor del IGSS, junto a otro implicado, se comprometió con la Droguería Pisa a otorgarle la adjudicación de un contrato por 116 millones a cambio de una comisión de entre el 15 y 16%.
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El negocio era un fraude para el IGSS, derivado que la compañía no cumplía con los estándares de calidad para la atención de los pacientes de diálisis peritonial.
Otros detalles
El panorama para la magistrada Stalling no es alentador; una sobrina que trabajaba en el área de comunicación social fue destituida, después de las publicaciones, su cuñada la jueza Martha Sierra de Stalling, enfrenta un proceso de antejuicio por supuesto soborno y su hijo aún tiene lejos la posibilidad de salir de prisión.
El puesto de Stalling en la CSJ estuvo en la cuerda floja el año pasado, por el viciado proceso de las Comisiones de Postulación. Ahora, en la cúspide de su carrera, Stalling enfrenta este dilema. Carmen Aída Ibarra, del Movimiento Pro Justicia, expresa que la magistrada “no puede estar eternamente con permiso”.
La magistrada Stalling y el presidente de la CSJ se negaron a ser entrevistados.
