Tansy Aspinall es una joven británica que viajó a Gabón para saber cómo se encontraban los dos ejemplares con los que compartió en su infancia. Pasaron 12 años y los animales la recordaba como si no hubiese pasado ni un solo día.
El vínculo de la joven de 25 años con los simios comenzó cuando su padre la llevó a visitarlos. Tras el creciente interés, esta hija de un millonario que ganó una fortuna con varios casinos, fue llevada a un zoológico de la propiedad de su padre, el Howlett Wild Animal Park (ubicado en Kent, Inglaterra).
La niña cultivó el amor por los animales, en especial por Djalta y Bims, dos ejemplares de los que se hizo inseparable y a los volvió ver por última vez en 2002. Precisamente ese año los vio por última vez, ya que fueron devueltos a su hábitat natural.
La vida siguió para Tansy que se enteró de que los animales estaban en su lugar de origen y fue a visitarlos. Para llegar, tuvo que pasar a través de selvas y bosques, pero las complicaciones fueron un detalles ya que la historia finalizó con un abrazo y la satisfacción de que sus amigos se encontraban más felices que nunca.