Desde que llegó hace un año al Instituto Guatemalteco de Seguridad Social, IGSS, no hay duda de quién manda.
El presidente de la entidad, Juan de Dios Rodríguez, sabe hacer sentir su presencia: en la antesala de su oficina, en el séptimo nivel del edificio, hay un retrato suyo --mirada altiva, semblante adusto--, al igual que en su moderna oficina, amueblada con cuero negro. A diferencia de otros directores, enfatiza, él hace visitas a los hospitales para supervisar el servicio y si algo le molesta, es pasar frente al Hospital General del IGSS, en la zona 9, y ver que hay gente afuera haciendo cola.
El presidente de la Junta Directiva afirma conocer las deficiencias de la atención médica de ese hospital. Para resolverlas, tiene una palabra que repitió al menos 10 veces en la entrevista: infraestructura, infraestructura, infraestructura.
A corto plazo, para solventar el déficit de camas que aqueja al Hospital General del IGSS, Rodríguez ofrece poner en marcha un convenio con el Hospital Militar que le permitiría incrementar la capacidad instalada en la zona 9 con 60 camas adicionales y arrendar otros servicios, como quirófanos.
A largo plazo, sin embargo, su visión es más ambiciosa. El Hospital General, explica, era un hotel que la institución recibió en pago de una deuda hace más de 60 años. Las instalaciones están colapsando, no sirven ya. "Habría que demolerlo", sentencia. Para sustituir el edificio, sueña con impulsar un megaproyecto: "La Ciudad de la Salud", que tendría un costo de Q2,000 millones.
Los fondos, afirma Rodríguez, ya los tiene la institución. No hay que endeudarse. El costo, dice, será mínimo comparado con los beneficios de contar con varios hospitales de especialidades: desde uno pediátrico hasta un centro oncológico, pasando por una institución dedicada a los transplantes. "La única que existiría en la región", señala. ¿Cómo se mantendrían esos hospitales después si los actuales hacen aguas? El presidente no abunda en detalles pero subraya la necesidad de construir más infraestructura, pues hace tres décadas que el IGSS no hace inversiones de ese tipo.
Para ver concluido su sueño, Rodríguez sabe que debe darse prisa. Según él, 36 meses serían suficientes para ejecutar el proyecto. Y habla con la voz de la experiencia: él es constructor, afirma. De ahí que el interés por generar más infraestructura sea natural: es eso lo que puede aportar según su trayectoria y experiencia. ¿Y qué garantiza a la sociedad que no Rodríguez no busque impulsar "La Ciudad de la Salud" para beneficiarse él mismo o empresas vinculadas? Un proceso transparente, donde deberán participar las mejores empresas del mundo, promete. Y su palabra.
En el video, un resumen de la entrevista.