Dos derrotas en tres días, en el clásico ante el Barcelona y en el Ramón Sánchez Pizjuán frente al Sevilla, han dejado al Real Madrid sin margen de error en la Liga y además, de paso, depende del Atlético de Madrid y del Barcelona.
El conjunto del italiano Carlo Ancelotti ha dejado ir de las manos un porcentaje serio de sus opciones después de permanecer prácticamente una vuelta invicto.
Atrás ha quedado una racha espectacular de 31 partidos invicto. El Real Madrid, que llegó a estar claramente descolgado de azulgranas y rojiblancos, no solamente recuperó terreno, sino que además pasó a comandar la tabla con tres puntos sobre el Atlético y cuatro respecto al Barcelona.
Pero en tres días la situación ha cambiado radicalmente y es ahora la opuesta. El cuadro de Ancelotti está obligado a ganar prácticamente todo lo que le queda y esperar a que sus oponentes no lo hagan.
Xabi Alonso, tras el juego en el Sánchez Pizjuán, consideró clave el hecho de que el equipo ha perdido en estos dos encuentros la fortaleza en labores de contención, lo que ha sido aprovechado, cada uno a su manera y recursos, por Barcelona y Sevilla.
Para empezar, el Real Madrid, que llevaba un lustro sin perder dos partidos seguidos en Liga, el sábado recibirá al Rayo Vallecano con la clara disposición a reencontrarse con la victoria y esperar a que Atlético y Barcelona no hagan lo propio.
Ese debe ser el punto de partida para una Liga que se le ha complicado notablemente pero que no está "imposible", tal y como coincidieron Ancelotti y sus jugadores tras perder frente al Sevilla.