Dos candidatos que participaban en el proceso para elegir al nuevo jefe de la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT), no pasaron las pruebas realizadas por el Directorio del ente recaudador, por lo que el proceso deberá repetirse.
Roberto Vielman Deyet fue el único de los tres aspirantes que superó el mínimo en calificación, según explicó el Directorio de la SAT sin detallar cuál fue su puntaje y sin dejar que los medios de comunicación estuviesen presentes en la evaluación.
Tampoco indicaron cuál fue la calificación mínima que obtuvo Juan Francisco Solórzano Foppa y Alexander Toro Maldonado, pues un día antes, el miembro del Directorio, Rodrigo Montúfar, señaló improvisadamente que el mínimo sería de 45 puntos, pero se desconoce la puntuación final, solo que no pasaron.
Este jueves, el Directorio evaluó los expedientes de los candidatos en los rubros de méritos académicos, capacidades profesionales y entrevista. Solo Vileman Deyet pasó, pese a que tiene un reparo por la Contraloría General de Cuentas (CGC), por realizar un proceso de forma anómala, lo cual no fue tomado en cuenta por el Directorio.
La nueva búsqueda
Los miembros del Directorio indicaron que solo un candidato forma parte de la terna y resta encontrar a los otros dos miembros. Por lo que realizarán una nueva convocatoria en medios de comunicación para invitar a la ciudadanía a participar.
El Directorio de la SAT no indicó cuándo harán la nueva convocatoria, la cual esperan que se determine en la próxima sesión que sostengan la próxima semana, posterior al descanso de aniversario de la Administración Tributaria, y del día del Ejército. La crisis de credibilidad que atraviesa el ente recaudador luego de transcurridos 70 días del arresto del Superintendente anterior, puede esperar.
Cabe recordar que el 4 de mayo pasado se abrió la primera convocatoria, de la cual se esperaban cientos de hojas de vida, pero luego 15 días solo se recibieron tres. Ni un salario de 80 mil quetzales mensuales ha sido capaz de atraer a más personas.
No es para menos la resistencia de participar en ser el nuevo jefe de la Administración Tributaria, pues quien sea elegido Superintendente deberá revertir la recaudación que acumula una brecha negativa de 1 mil 900 millones de quetzales y que analistas consideran será de 4 mil millones al finalizar el año.
El nuevo Superintendente sustituirá a Omar Franco, quien guarda prisión preventiva, sindicado de pertenecer a una red de defraudación aduanera llamada “La Línea”, la cual desvió anualmente alrededor de 1 mil millones de quetzales.
Luego de la desarticulación de “La Línea” se esperaba que la recaudación se incrementara en las aduanas, pero esto no sucedió y la captación de impuestos por comercio exterior empeoró.
Finalmente, cuando la SAT logre integrar la terna, esta deberá ser enviada al presidente Otto Pérez para que sea él quien elija al nuevo Superintendente. El Directorio de la SAT busca que este nuevo nombramiento rinda cuentas a la Administración Tributaria y no al mandatario como ha sucedido en el pasado.
