La frase del emperador Julio César: “divide y vencerás”, aplica para el nuevo Congreso, pues la fragmentación que prevista para esta nueva legislatura no es casual, y pareciera ser parte de una estrategia para beneficiar a unos y perjudicar a otros. En medio del caos y la confusión, los políticos más experimentados reinarán en el pleno.
El nuevo partido: Movimiento Progresista, conformado por diputados tránsfugas de Libertad Democrática Renovada (Lider), se vuelve un reflejo del panorama poco alentador para el Congreso, pues la bancada mayoritaria se fragmentó y la dinámica legislativa ya se modifica aún sin empezar.
Lider, que había finalizado las elecciones con 45 diputados, pero tendrá tan solo 24 y esto coloca a la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) como la bancada más grande en el hemiciclo. Lo mismo sucedió con el Partido Patriota (PP), que ganó 18 diputaciones, pero que tras el transfuguismo, ahora quedan 12.
También se especula división en el nuevo bloque oficialista del Frente de Convergencia Nacional (FCN), pues existen discrepancias sobre el jefe de bancada y los 11 diputados podrían separarse.
Congreso “hiper-fragmentado”
Para Christians Castillo, analista político del Instituto de Problemas Nacionales de la Universidad de San Carlos (Ipnusac), el Congreso estará “hiper-fragmentado” y tendrá muchas bancadas pequeñas. “No habrá una que establezca la base de la mayoría simple, mucho menos la mayoría calificada”, señaló.
¿Quiénes se benefician?
Castillo analiza que detrás de esta fragmentación existe una estrategia política para impulsar las mismas figuras de siempre. Actores que buscan resucitar tras la derrota electoral y continuar con un pie dentro del Congreso de la República.
La división beneficia a Alejandro Sinibaldi, señala Castillo, pues el excandidato del PP, tiene el apoyo de los disidentes de ese partido que fueron reelectos y podría buscar, a través de ellos, más diputados y una plataforma política de cara a las próximas elecciones.
En tanto, con el partido Lider, la hipótesis de la separación es estratégica, pues se rumora que el Tribunal Supremo Electoral cancelará al movimiento político por delitos electorales cometidos durante la campaña recién pasada y construir un nuevo bloque le ahorraría un riesgo jurídico.