La contaminación del río La Pasión, que recorre diversas comunidades de Petén, entre ellas Sayaxché, constituye una de las mayores catástrofes naturales de las últimas décadas en Guatemala.
La gravedad del problema demanda que se aceleren las investigaciones del Ministerio Público (MP), para establecer quién es el responsable de la muerte de miles de peces que representaban el sustento para muchas familias, así como de la contaminación de las fuentes de agua, un recurso vital.
Por el momento, el impacto en la región es difícil de cuantificar. Además, se desconoce cuándo La Pasión volverá a ser el mismo río de hace unos meses, un ecosistema lleno de vida y especies.
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El río abastecía de agua, comida y trabajo a las familias de al menos 15 comunidades.
¿Cómo empezó todo?
A finales de abril, concretamente el 28, las fuertes lluvias provocaron el desbordamiento de las piletas de oxidación de la empresa Reforestación de Palma del Petén (REPSA). Según el ministro de Medio Ambiente (MARN), Óscar Medinilla, un día después comenzó la mortandad de peces en los tramos aledaños a sus plantaciones.
"Nos avisaron en el área de la comunidad de Champerico que se estaban muriendo peces y nos acercamos a ver lo que pasaba", señaló Evaristo Carmenate, representante de los pescadores.
Acto seguido, la propia empresa y las comunidades aledañas a Sayaxché denunciaron al MARN lo sucedido y así comenzó la investigación.
De problema a un doloroso ecocidio
Conforme pasaban los días, la toxicidad del río fue afectando a un mayor número de especies.
El 27 de mayo, la Universidad de San Carlos publicó la resolución de su estudio toxicológico, que corroboraba la contaminación por Malatión, un plaguicida que podría haber sido utilizado por REPSA.
Dos semanas después, el día en que murieron miles de peces en los remansos del río, el MP realizó un allanamiento junto a autoridades del MARN y la PNC.
Alerta roja municipal
La acumulación de los peces muertos en las orillas causó olores fétidos y la aparición de moscas, lo que complicará a futuro la vida en la región. Por ello, el Centro de Operaciones de Emergencia Municipal (COEM) decretó la alerta roja municipal y naranja institucional.
Pescadores y personal de REPSA comenzaron a limpiar las orillas, donde se encontró a miles de peces muertos y luego fueron enterrados en fosas.
Por su parte, Conred envió asistencia humanitaria para atender a más de 9 mil personas afectadas y lanchas inflables para realizar evaluaciones en el río.
Confrontación en Sayaxché
Las últimas acciones del alcalde de Sayaxché, Rodrigo Pop, y diferentes presidentes de Cocodes provocaron la división de la población. Después de las protestas contra REPSA y la solicitud para que el proceso de investigación se acelerara, estos firmaron un convenio de buena fe que suscribe que Repsa no es causante de la mortandad de peces.
Por su parte, el Concejo Municipal rechazó el documento, que calificaron de "traición" por “encubrimiento propio, abuso de autoridad y tráfico de influencias”.
Asimismo, solicitaron a la CICIG que colabore en la investigación de los hechos denunciados públicamente.
¿Daño irreversible?
De momento, el Juzgado Tercero de Primera Instancia dio trámite al amparo para paralizar la actividad de Repsa durante 15 días. Mientras tanto, continúan las investigaciones y se espera tener una resolución lo antes posible.
Casi 50 días después, el caudal del río ha ayudado a minimizar el efecto tóxico en el agua. Sin embargo, todavía aparecen en sus orillas restos de peces muertos que están siendo comidos por aves carroñeras.
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Según expertos de Conap, el químico no afecta de la misma forma a los peces que a las aves, pero se desconoce cuándo se volverá a recuperar el ecosistema.