En varios países de Latinoamérica, el 6 de enero se celebra el Día de los Reyes Magos, haciendo alusión a los visitantes que, tras el nacimiento de Jesús de Nazaret, acudieron desde países extranjeros para rendirle homenaje y entregarle regalos de gran riqueza simbólica: oro, incienso y mirra.
Una tradición
En algunos lugares Melchor, Gaspar y Baltazar suelen ir montados a caballo o en carrozas, vestidos con mantos y coronas y entregan regalos a los niños.
Muchas familias también deciden dar regalos este día haciendo alusión a los que recibió Jesús el día de su nacimiento. También se ha heredado la costumbre de la carta a los Reyes.
El alimento representativo de la época es la Rosca de Reyes acompañada con chocolate, café o atol. Dentro de esta torta, hay una pequeña sorpresa: un muñeco pequeño de plástico el cual representa al niño Jesús. Aquella persona que en el momento de partir la rosca encuentra al niño, es el encargado de hacer o invitar a tamales y atol el 2 de febrero, día de la Candelaria.
En otros lugares acostumbran a desmontar los adornos de la Navidad, convirtiéndose el 6 de enero en el último día de la temporada navideña.
¿Por qué el 6 de enero?
En países de tradición católica, se adoptó la costumbre de celebrar al mismo tiempo el día de la Epifanía y la festividad de los Reyes Magos, conjugándose así la manifestación de Jesús al mundo no judío con la fiesta de estos personajes que representaban justamente ese mundo de gentiles. La Epifanía es un acontecimiento religioso. Para muchas culturas corresponde a revelaciones o apariciones en las que los profetas, chamanes, médicos, brujos u oráculos interpretaban visiones más allá de este mundo.
