Por muy descabellado que parezca, siempre existe un genio que utiliza su tiempo para buscar teorías ocultas en las películas, no importando su clasificación.
Uno de ellos, Jason Torchinsky, quien tras reflexionar sobre la existencia en la realidad alterna en la que ocurren los hechos en las películas de Cars, identificó detalles que sugieren que hay más de lo que parece y que quizá sea nuestro universo dentro de miles de años, donde los humanos no han desaparecido, pero son muy diferentes.
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La principal pista es que los autos mantienen elementos necesarios únicamente si existen seres humanos que busquen abrirlos y meterse en ellos, como las ventanas, las puertas y las manijas.
Algo que intriga a Torchinsky es el hecho que los vehículos hablen varios idiomas y que haya países con culturas y acentos que se ajustan a nuestras tradiciones, usando incluso disfraces inspirados en humanos, como el de torero que utilizó Mate.
No hay motivo para pensar por qué podría ocurrir todo eso a menos que el universo de Cars sea el mismo que el nuestro, solo que libre de humanos. Tampoco implica que la humanidad no haya existido nunca: ¿por qué los carros tienen puertas, ventanas y retrovisores, los cuales fueron diseñados para que un humano las use desde el interior?.
Además, ¿por qué los autos pueden escribir al igual que lo hacemos nosotros?
Entonces, ¿qué ha ocurrido con los humanos? ¿Por qué se han ido? ¿Y cómo los autos se convirtieron en lo que son? La respuesta es simple y muy perturbadora: los humanos son vehículos.
Según la teoría de Torchinsky, con la llegada de los carros autónomos, los pilotos fueron desplazados, pero por su gusto por la conducción desarrollaron comunidades de conductores “clásicos” que sobrevivieron a una calamidad biológica que mató a la mayoría de personas y animales.
Lo que terminó con la mayor parte de la humanidad hizo peligrosa la vida en el exterior, por lo que los sobrevivientes pasaban demasiado tiempo dentro de sus vehículos. Esto hizo que desarrollaran caras cibernéticas y se estableciera el camino de la evolución humano/auto. Conforme los años, la relación simbiótica entre ambos se hizo cada vez más fuerte.
Tras esto, los automóviles se convirtieron en receptáculos para los humanos, manteniéndolos a salvo a través de la ingeniería genética, pero aislados del mundo.
Al final, se construyeron fábricas automatizadas y los bebés humanos se produjeron en tanques amnióticos para ser directamente colocados en un auto-exoesqueleto.
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Eso explica por qué nunca vemos las puertas abiertas de los personajes, ya que los humanos no pueden sobrevivir en el exterior; por qué no hay descapotables sin la capota y por qué los carros usan armas de fuego entre ellos: puedes matar un auto si matas al pequeño humano que llevan dentro.
*Con información de Gizmodo
