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Delgadillo y Filio despidieron a Feliú en el Teatro Nacional

  • Por Alexis Batres
13 de febrero de 2014, 12:36

“Y yo que no he podido imaginarte dedicado a descansar… a descansar. Y el mundo no ha cambiado con tu muerte, yo diría que sigue igual”, cantó Fernando Delgadillo anoche junto a Alejandro Filio en un improvisado homenaje al trovador cubano Santiago Feliú, quien falleció este miércoles en la Habana

La Gran Sala del Teatro Nacional Efraín Recinos vibró con la energía de dos trovadores mexicanos cuyas voces cantaron a la vida y a la muerte en un concierto que se extendió por más de cuatro horas en un alucinante vaivén de canciones que mantuvo al público coreando cada título de principio a fin. 

El primero en salir a escena fue el guatemalteco Carlos Rafael Hernández “El Gordo”, quien con su ritmo se llevó el aplauso del público. Este agradeció sorprendido pues confesó ser la primera vez que tocaba delante de tanta gente y abriendo el concierto a dos grandes de la trova. 

Interpretó algunas canciones de su nuevo material “El Gato Negro” y complació algunas peticiones del público. El Gordo quiso continuar cantando pero el tiempo se había agotado; se despidió y el telón se cerró.

La Gran Sala Efraín Recinos del Teatro Nacional se llenó en su totalidad para este concierto. (Foto: Alexis Batres/Soy502)
La Gran Sala Efraín Recinos del Teatro Nacional se llenó en su totalidad para este concierto. (Foto: Alexis Batres/Soy502)

Parsimonia y encanto

Alejandro Filio continuó con la velada impartiendo una cátedra de solemnidad con sus letras y acordes que hicieron corear a las más de 2 mil almas que sintieron suyas canciones como Brazos de Sol, Corazón en la Frente, Comandante (dedicada a Ernesto el Ché Guevara) y Te quiero tanto.

Filio conversaba con el público y habló de la Universidad de San Carlos de Guatemala y su tradicional Huelga de Todos los Dolores mencionando que tiene planes de asistir a la Declaratoria de Huelga y que para dar el concierto al Comité de Huelga le cobrará una caja de cervezas “Gallo” más. 

Posteriormente dedicó la canción No te cambio a su esposa; luego interpretó Sin la Luna, Es Todo, entre muchas otras. Filio levantó su guitarra y se despidió del público momentáneamente.

La canción informal

Fernando Delgadillo apareció y como ya es habitual en él, previo a cada canción siempre relata una historia. Cabe destacar que en ningún concierto la historia es la misma, siempre posee variaciones; al inició comentó sobre la primera estación amorosa de la infancia e interpretó Julieta, le siguió Bienvenida, Serenata, Pairos y Derivas, No me Pidas ser tu amigo.

Luego narró que tuvo una novia con quien sostuvo una relación de dos años; pero fue solo su pareja un año y en el segundo lo compartió con otro “sujeto” al que no tuvo la dicha de conocer. Al final de tantas desdichas le escribió una canción como venganza y en su guitarra sonaron los arpegios de “Hoy ten miedo de mí”, una de sus canciones más populares que arrancó suspiros en la Gran Sala

La gente pedía a gritos sus canciones favoritas a lo que Delgadillo respondió que no podría satisfacer a todos y en tono de broma sugirió al público que si la canción preferida no era interpretada podría adquirir un disco a la salida y escucharla todas las veces que quisiera.

Delgadillo estuvo en escena por casi dos horas y cuando el reloj pasó de la media noche invitó al escenario de nuevo a Filio para cantar juntos. 

Hasta pronto Feliú

Santiago Feliú, murió a sus 51 años de un paro cardíaco este miércoles. Delgadillo comentó que la noticia le había impactado pues le consideraba su maestro por los juegos de palabras y arreglos musicales que componía; a este le dedicó “Bajo tu pisada”.

Por su parte Filio también sintió necesidad de despedir a Feliú como se debe y le dedicó Aunque No estás. En ese momento la tertulia entre ambos cantautores se fusionaba con el público. Delgadillo comentó que una vez Santiago le dijo: “Yo te quiero mucho, aunque no te admiro tanto”; Filio cuestionó ¿Eso te dijo? y Delgadillo respondió: Sí, eso me dijo el infeliz. 

Finalmente el reloj casi apuntaba la una de la mañana y el concierto finalizó.  

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