La sonda estadounidense Curiosity descubrió por primera vez en la superficie de Marte, evidencia directa de la existencia en el pasado de un lago de agua dulce en el planeta rojo, anunció este lunes un equipo especializado de científicos. Actualmente ya no queda agua en ese lugar, pero las pruebas de perforación y análisis químicos realizados por el robot sugieren que hubo condiciones para que hubiera vida microbiana en ese lago hace unos 3 mil 600 millones de años.
Las rocas analizadas contienen trazas de carbono, hidrógeno, oxígeno, nitrógeno y azufre, y "proporcionan condiciones ideales para una vida microbiana básica", indicaron los científicos en un estudio publicado en la revista Science y analizado en una reunión de la Unión Geofísica Americana (AGU, por su sigla en inglés) en San Francisco, California, Estados Unidos.
Formas diminutas de vida bacteriana, conocidas como quimiolitoautótrofos, prosperan en condiciones similares en la Tierra y por lo general se encuentran en cuevas o debajo del mar en fuentes hidrotermales.
Aunque no se detectó ninguna forma de vida en las rocas, el investigador precisó que Curiosity ha realizado perforaciones en fragmentos de piedra arenisca y barro y halló minerales arcillosos que sugieren una interacción con el agua. La piedra arenisca encontrada parece similar a la que existe en los ríos de la Tierra, lo que sugiere, según los científicos, que un río desembocaba en ese lago, que se encuentra al pie de una pequeña montaña.
Los investigadores ya encontraron pruebas de la existencia de agua en Marte en otro lugar de la superficie del planeta rojo e investigaciones realizadas por orbitadores anteriores también hacen pensar fuertemente en la existencia de lagos en el pasado.
Curiosity, que llegó al cráter Gale en el ecuador marciano el 6 de agosto de 2012 como el vehículo más sofisticado enviado hasta ahora a otro planeta, ya constató que el planeta rojo fue propicio para la vida microbiana en un pasado lejano, objetivo principal de su misión de dos años.
La NASA, la agencia espacial estadounidense, ha elegido el cráter Gale en particular por sus diferentes capas sedimentarias, que podrían permitir datar los períodos en los que Marte fue apto para la vida.
La próxima etapa consistirá en analizar muestras de una gruesa pila de rocas en la superficie del cráter para reunir más pruebas de un entorno habitable, dijo el profesor Sanjeev Gupta, profesor del Imperial College de Londres y coautor de la investigación.
Estos nuevos resultados "nos dan confianza en el futuro de esta misión y en el hecho de que debemos seguir explorando" el planeta rojo, añadió.