Los hurones no son roedores, son de la familia de los “mustélidos” y son parientes de las nutrias, tejones y comadrejas.
Cuando alguien desea tener un hurón como mascota, debe tener presente que se trata de animales muy sociables, inteligentes y de un comportamiento muy complejo. Son mascotas que necesitan de la atención diaria por parte de sus dueños.
La dieta de estos animales en estado salvaje incluye ratones, cuyos y conejos, y son excelentes para cazar. Los hurones domésticos están acostumbrados a comer alimento balanceado. Esto no impide que puedan ser alimentados con productos frescos como huevos, carne, algunas frutas, etc., pero al hacerlo de ese modo es más difícil manterer una dieta balanceada.
El carácter de estos animales es totalmente dócil y no muerden a ningún ser humano. En algunas ocasiones emiten un sonido tan fuerte como la alarma de un vehículo. Son unas mascotas muy divertidas. Son tan juguetones como un cachorro de perro o de gato, con la ventaja de no perder ese espíritu a medida que crecen. Aprenden a acudir al llamado de su dueño, a quedarse sobre sus hombros y a pasear atados a una correa. También son capaces de abrir puertas, bajar cierres y esconder objetos bajo los muebles o en rincones.
Estas mascotas son muy limpias y aprenden fácilmente a usar una bandeja con piedras para hacer sus necesidades. Con nada o algo de dedicación de su dueño según cada caso, pueden llegar a convivir con los perros y gatos de la casa. Debes bañarlo una vez cada dos semanas.
Los hurones pueden ser tenidos libremente dentro de la casa, a condición de que se hayan hecho ciertas adaptaciones. Éstas comprenden bloquear el acceso a todos los lugares que puedan resultar peligrosos para la mascota o para nuestras pertenencias. Los hurones gustan de escarbar la tierra, por lo que si tiene plantas en el ámbito en donde planea dejar suelto a su pequeño amigo, debe tenerlo en cuenta.