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Autoridades migratorias de Centroamérica y México se reunieron en Guatemala para buscar una solución a la crisis de los migrantes cubanos varados en Costa Rica, en donde el país anfitrión expresó en tres puntos la "apuesta por una respuesta de forma integral", mientras la situación se agrava para los isleños para quienes no hay aún una solución y no se llegó a ningún acuerdo sobre el tema.
Carlos Raúl Morales, canciller guatemalteco expresó que su país necesita tres garantías para dar una salida a la crisis: que no exista el retorno de los migrantes, que eso no represente costo económico alguno para Guatemala y prácticamente realizar "lo políticamente correcto" para evitar malos "mensajes" a los coyotes, que cada año ganan millones de dólares por medio del tráfico ilegal de personas hacia Estados Unidos.
“Como Guatemala es importante el diálogo político, una cosa es la voluntad y otra cosa es el diálogo técnico nuestra apuesta es a una solución integral que garantice que no habrá retorno, que no represente costo para Guatemala y tres se debe tener cuidado en no enviar un mensaje equivocado, al facilitar la salida con el que le decimos al coyote que está bien su trabajo”
Carlos Raúl Morales
, canciller de Guatemala
"Estoy seguro que podremos dar solución ya que compartimos ideales y podremos dar solución a esta problemática sin que se traslade a otros países y que además exista participación de Estados Unidos y Cuba en esta problemática", afirmó Morales.
Costa Rica inicia trámite de deportación a 56 cubanos https://t.co/32QY0vnRON pic.twitter.com/OTh26hm4o2
— Univision Noticias (@UniNoticias) diciembre 27, 2015Esta cita fue acordada en México el pasado 22 de diciembre luego de que los representantes de los países de la región no llegaran a ninguna solución sobre la situación de los cubanos.
Desde el 14 de noviembre Costa Rica ha otorgado casi 8,000 visas de tránsito a inmigrantes cubanos que llegaron vía terrestre por la frontera con Panamá, donde un millar más espera poder continuar su recorrido.
La crisis surgió el 15 de noviembre cuando Nicaragua cerró su frontera a los inmigrantes de Cuba tras argumentar riesgos de seguridad a su soberanía.
