El empresario Carlos Alejandro Bonifasi Girón, conocido por su largo historial en Tribunales, es uno de los lotificadores originales de El Cambray, el sector de Santa Catarina Pinula donde murieron más de 270 personas soterradas por un alud la noche del 1 de octubre de 2015.
Presidente y representante legal de la desaparecida Casa de Bolsa Fincorp, Bonifasi Girón fue uno de los constructores pioneros en esa área de alto riesgo. La lotificación creada por Bonifasi Girón, "Residenciales La Pradera", se encuentra a pocos metros de las casas que quedaron enterradas.
Este empresario, quien era apodado como "La Rata" entre sus compañeros de juventud, protagonizó un sonado escándalo financiero a principios de la década del 2000. La Corte Suprema de Justicia condenó a Bonifasi Girón a trece años de prisión y al pago de 21 millones de quetzales al Crédito Hipotecario Nacional y otros particulares, por los daños ocasionados. Estafa propia, apropiación indebida y equiparación de documentos fueron algunos de los delitos por los cuales Bonifasi Girón purgó prisión.
La colonia "Residenciales La Pradera"
El Cambray no era un asentamiento precario. Si bien estaba ubicado en un área que Conred calificó de alto riesgo, se trataba de una colonia que tenía condominios formales, con casas de block, de varios niveles, con terraza fundida y portones eléctricos.
Una de las lotificadoras pioneras en el área fue "Residenciales La Pradera", una empresa constituida en marzo de 1997 en el bufete del notario Mario Aguirre Murga, por dos empresarios: Bonifasi Girón y Juan Olaf Rasch Topke, quien era mandatario de la entidad "Financial Asset Management Corporation".
El capital autorizado inicial de la compañía fue de 2.5 millones de quetzales. Bonifasi aportó 10 mil quetzales en efectivo, mientras que "Financial Asset Management Corporation" puso nueve fincas que según la escritura constitutiva "forman un solo cuerpo y que consisten en un terreno y casa", ubicados en Santa Catarina Pinula. La escritura original nombra a Bonifasi Girón como administrador único de la compañía.
Bonifasi pagó Q36 mil por lotificar
Un año después, en abril de 1998, Bonifasi Girón realizó la desmembración de la finca que habría de convertirse en "Residenciales La Pradera". Con el auxilio del abogado Aguirre Murga, Bonifasi estableció 31 lotes de similares dimensiones. Los planos fueron elaborados por el ingeniero civil Juan Fernando Carbonell Lara.
El 21 de abril de 1998, la corporación municipal de Santa Catarina Pinula autorizó el expediente 164-97 presentado por Bonifasi Girón, para construir la lotificación sobre un terreno de 4 mil 549 metros cuadrados.
En el acta 17-98, la Municipalidad, dirigida en ese entonces por el alcalde Francisco Paniagua Álvarez, extendió todos los permisos de construcción, al considerar que la lotificadora reunía "los dictámenes favorables" y los "requisitos técnicos y legales para este tipo de desarrollos", así como el Estudio de Evaluación de Impacto Ambiental elaborado por el ingeniero Carlos Enrique Hernández Barberena.
En el expediente consta que "Residenciales La Pradera" queda autorizada para desmembrar el terreno, lotificarlo y construir las viviendas. Asimismo, la Municipalidad establece que la responsabilidad de llevar los servicios públicos a la urbanización queda a cargo de la empresa constructora. La tasa municipal pagada por "Residenciales La Pradera" a la Municipalidad de Santa Catarina Pinula fue de 36 mil quetzales. Adicionalmente pagaron una fianza de 1.8 millones por 12 meses.
Buenos precios, cerca de la ciudad
Las viviendas de Residenciales La Pradera fueron promocionadas como vivienda a precios accesibles, cerca de la ciudad. Varios vecinos conservaban materiales de venta que anunciaban una construcción de 6x15 metros con cinco ambientes. Sala-comedor, cocina y tres dormitorios, así como un baño completo, área para parqueo, jardín y un patio con pila, construídas en una sola planta. A principios de la década de 2010, el precio era de 175 mil quetzaltes, con financiamiento bancario, a una tasa de interés del 12.5%.
Lotes hipotecados
Desde principios de 2000, los problemas legales de Bonifasi Girón afectaron la estructura de propiedad de Residenciales La Pradera. En el 2002, la inmobiliaria pasó a ser garantía de deudas del empresario, convirtiéndose en un fideicomiso a favor del Banco del Café, S.A., mientras el Banco del Quetzal, S.A. pasó a ser fideicomisario en segundo lugar.
En el 2003, "Residenciales La Pradera" pasa a ser propiedad del Banco del Quetzal, S.A. por el incumplimiento de pago de 3 millones 50 mil quetzales. En el 2005 la propiedad pasa a manos de "Industrias La Vilveña,S.A", lo cual quedó registrado en escrituras autorizadas por la notario Lucrecia Martínez de Villalta.
Finalmente, Industrias La Vilveña S.A. hipotecó la finca donde se establecieron los lotes comercializados por "Residenciales La Pradera".
La duda ahora es qué pasará con el condominio y los créditos pendientes, pues las autoridades han ordenado que toda esa área sea evacuada.