En las últimas dos semanas los pasillos del Congreso han lucido más concurridos que de costumbre, pues más de 300 empleados de este organismo están sin mucho qué hacer. Se trata de los trabajadores que estaban asignados a los 68 diputados que no fueron reelectos.
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Sin embargo, Junta Directiva de este organismo no puede despedirlos, porque son personal presupuestado (renglón 011), por lo que si alguno de los nuevos diputados no los acoge en su despacho, seguirán cobrando por no trabajar y solo asistirán para cumplir con un horario.
“En este momento, todo el personal que se queda en el aire anda buscando qué diputado le tiende la mano, pero va a llegar un momento en que ya no va a haber más manos”, señala el presidente del Organismo Legislativo, Mario Taracena.
Los empleados "en disponibilidad" tienen salarios que llegan a superar los 40 mil quetzales.
El parlamentario dice estar atado de manos para despedir a estos empleados, porque "la ley los asiste y los protege”. Sin embargo, espera que durante las negociaciones con los sindicatos se pueda definir qué ocurrirá.
La propuesta de reformas a la Ley Orgánica del Congreso contempla el pago de tres salarios, adicionales a las prestaciones de ley, para que los empleados de este organismo se retiren de forma voluntaria. Sin embargo, esta iniciativa aún está sujeta a cambios.